“Y los bendijo Dios y
les dijo: Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los
peces del mar, a las aves del cielo y a todos los animales que se mueven sobre
la tierra”.[1]
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Bismark Sánchez, cmf., nicaragüense de 26 años de edad. profeso de la Congregación Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, IV año de Teología. |
Por Bismark Sánchez Córdoba, CMF
La naturaleza se enfrenta a graves problemas que el ser
humano se los está provocando, a causa de una sed de poder que tiene por
dominar a los demás seres vivos. Con esto deja en evidencia que el hombre, es
capaz de oprimir, destruir, manipular a los otros seres humanos, se ha creado
una indiferencia con las otras criaturas. El hombre ha puesto a la naturaleza en riesgo
de muerte, es por eso, que ella gime dolores de parto, como una mujer cuando
está a punto de dar a luz una criatura, pero nadie sale al rescate para liberarla.
Ante esta realidad, es preciso decir: ¡basta ya! de contaminación de ríos,
lagos, despales, incendios forestales, etc.
Por ello, me atrevo a decir que, no es la naturaleza la
que está enferma sino el ser humano, que con su sed de poder quiere acabar lo
creado por Dios. El hombre por ser imagen de Dios, porque se le ha encargado
ser administrador de la creación, se cree el que hace y deshace, sin embargo, él
está llamado a ser administrador responsable, cuidar y proteger la creación. Esta
tarea, pues, es muy compleja pero el hombre debe instaurar nuevas relaciones
con el medio ambiente, crear una sociedad llena de igualdad, más justa y
solidaria.
Plantear esta idea de ecología en las Universidades pareciera
absurdo, porque es como si no tuvieran nada que reflexionar. Pareciera que el
tema de la contaminación del medio ambiente, la explotación depredadora le
correspondiera a las ONG's, y no a toda una sociedad que se ve vulnerable. Este
desafío, pues, es muy complejo, pero tampoco es imposible, aunque nadie tiene
las recetas médicas para hacerle frente, pero sí, es necesario trabajar todos
en conjunto para el bienestar de todos, principalmente los más endebles.
Es urgente, impulsar nuevos proyectos de producción, de
consumo para que se respete el medio ambiente, hacer frente a una teología
ecológica.
Es verdad que, hoy tenemos una realidad que es
latente y que pone en juicio la racionalidad y la avaricia del ser humano. Pero
frente a la realidad de pandemia que vivimos los seres humanos, me planteo la
siguiente pregunta: ¿es el momento oportuno, para que este virus llegara y
llevara al ser humano a casa, a reflexionar sobre lo que ha cosechado hasta hoy
con la creación que Dios ha donado gratuitamente? No hace mucho que la Amazonia
estuvo viviendo fuertemente este tipo de pandemia, hoy le toca al hombre
replantearse su modo de vida personal y su relación con la creación.
En conclusión,
con la naturaleza estamos llamados a asumir la condición de creatura, evitando
la deshumanización, de dominar al más débil. La creación se nos ha entregado a
todos por igual.
[1] Schökel, Luis A., La
Biblia de Nuestro Pueblo. Ediciones mensajeros, Bilbao, España, 11ª
edición, 2010, (Gn 1, 28).
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