01 noviembre, 2020

Se quiere nuevos modelos de santidad: Mateo 5, 1-12ª


El texto del Evangelio de hoy es una lectura muy conocida por todos nosotros, ya que trata sobre el Sermón de la montaña o la Bienaventuranzas. Su intención es hacer referencia a todo aquello que posibilita dar señales de la presencia del Reino, aquí y ahora en nuestro tiempo, y lo que nos hace felices para ser buenos cristianos y cristianas que hemos optado por la propuesta de Jesús de Nazaret.

Las primeras cuatro Bienaventuranzas constatan situaciones por las que el Reino irrumpe; en las cuatros últimas los invito que pongamos un poco más de atención, ya que propone actitudes que nosotros sus discípulos y discípulas; misioneros y misioneras, debemos potenciar las bienaventuranzas para poner de manifiesto la presencia del modelo del Reino que Jesús nos ha invitado construir.

Queremos santos y santas que vivan en sintonía con lo que sucede en nuestro entorno, que no deben de renunciar en su forma de vivir, pensar y expresarse de este siglo,  sino que se apoderen de él y desde ahí ser nuevas formas de ser cristianos, nuevas formas de evangelizar y sembrar/encarnar la Palabra de Dios.

Queremos más santos y santas que sean valientes, salgan a las calles y utilicen todos los medios posibles para desarrollar sus vidas como buenos humanos y cristianos. Y veremos que seremos felices cuando seamos injuriados, perseguidos, calumniados y considerados locos, así mismo, como le pasó a Jesús de Nazaret. Resumo mi meditación con el siguiente poema:

Nos faltan héroes

Nos faltan héroes, Señor,
nos faltan héroes…
Que te vean entre los pobres
y nos griten
y los señalen…
¡ES EL SEÑOR!

Nos faltan héroes que te vean
en los que huyen,
en los hambrientos,
y que nos griten que Dios está en los pequeños,
y en los perseguidos,
y en los silenciosos…

Nos faltan héroes, Señor, nos faltan héroes…
que nos animen a salir a la calle
a gritarle al mundo que estás
escondido entre las mantas
de una mujer abandonada…
nos faltan héroes.

Hemos visto a un héroe,
que rezaba de rodillas.
Hemos visto a un héroe
que animaba con la voz a los sin voz.

Hemos visto a un héroe, Señor,
hemos visto a Pedro de rodillas,
hemos visto a un héroe…
que se dejó la vida,
y la oración,
y el corazón
en los más pobres.

(Antonio Ordóñez, sj)


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