24 marzo, 2020

A LA LUZ DE MONSEÑOR ROMERO


Evangelio y vida
Norlan A. Ramires, cmf., nicaragüense de  35 años de edad.
profeso de la Congregación Misioneros
 Hijos del Inmaculado Corazón de María,
IV año de Teología.

E. Norlan Antonio López Ramírez, cmf.

En el contexto memorial del cuarenta aniversario del asesinato de Monseñor Romero y, dejándome sorprender por su testimonio profético, me motivó escribir estas líneas y compartirla con ustedes para recordarles que nuestra vida como cristianos, creyentes, y como Claretianos, es un continuo compromiso en la lucha por la justicia y hacer real la frase “otro mundo es posible”.
El tiempo pasa y la vida de monseñor Romero aún sigue grabada en la lápida del corazón y la memoria del pueblo salvadoreño. Su valentía, su coraje de pastor para desvelar el poder injusto de su tiempo, se convierte en oasis para la Iglesia de El Salvador y de América Latina.
En este contexto memorial y, ante las distintas situaciones que viven nuestros países Centroamericano, quizás sea un momento preciso, en el que usted y yo, nos preguntemos: ¿qué tipo de profeta estoy siendo en mi parroquia, universidad y casa formativa?
Recordemos hermanos, que hemos hecho una opción de vida. Esta opción de vida nos tiene que desafiar. Es un compromiso que se ha hecho no para acomodarnos y olvidar de esta manera nuestras raíces. En la medida que caemos en la sed insaciable de acaparar y alimentar nuestros intereses, le estamos dando la espalda a Cristo que aún sigue siendo martirizado en los pobres, lugar de donde -muchos de nosotros- hemos salido.
Monseñor Romero, en este sentido, se ha de convertir para cada uno de nosotros en esa fuente de inspiración. De cara a vivir con coherencia de vida, entre lo que predicamos y testimoniamos. No se trata de vivir de ambigüedades, se trata de evangelizar y trasformar el mundo con una vida auténtica de cristianos, apasionados en la lucha por la justicia, el amor, el servicio y la fraternidad auténtica de hermanos.
            ¡Nos toca a nosotros!: ser nuevos Romeros, Casaldáliga, Gerardi, Sergio Rojas, Berta Cáceres, Leónidas Proaño, Rutilio Grande, entre otros; que ha sabido ser inefables y verdaderos profetas dando la vida por su pueblo. A esto nos desafía este mundo excesivamente corrupto, todo por el afán del poder y por la “ambición del dinero, que es la raíz de todos los males” (cf. 1Tim. 6, 10).
             Que la pascua de Monseñor Romero, suscite en cada uno de nosotros la alegría, la entrega y, sobre todo, el coraje para apostar siempre por la justicia humana para la construcción del Reino de Dios. Iniciando desde los pequeños detalles.

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