01 octubre, 2007

BOLETÍN 10

Padre Francisco Serafín, Parroquia San Sebastián, Usulután.
José Cruz Castro, Cantón de Puerto Caballo, Jucuarán.
Oscar Quintero, Cantón La Bocanita, Jucuarán.
Karen Castillo, Cantón de Puerto Caballo, Jucuarán.
Napoleón Sánchez, Cantón de Puerto Caballo, Jucuarán.
Teresa de Jesús Rodríguez, Cantón El Güiro, Jucuarán.
Taller de Concilio Vaticano II con Agentes de Pastoral en Jucuarán Usulután




LA MISIÓN NOS URGE

La Misión nos urge cuando vemos las realidades de injusticia que generan la pobreza que vive nuestra gente. Y nos urge para mantener encendida la esperanza contra toda esperanza. Este número del boletín lo dedicamos a reflexionar entorno a la Misión. Para ello hemos recogido varios testimonios en la Parroquia San Sebastián de Usulután; testimonios que nos cuentan lo que se vive en las comunidades campesinas de la zona oriental del país. Veremos como ellos/as responden desde su experiencia de fe, a las situaciones que viven. Con mucha alegría queremos compartirlas porque nos animan a seguir creyendo y nos impulsan a ser en todos lados testigos de la Buena Nueva del Reino.

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Padre Francisco Serafín, Parroquia San Sebastián, Usulután.
Nuestra gente pobre está pasando una crisis muy grave. Está pasando hambre; está pasando el problema de que los insumos agrícolas para ellos es prácticamente imposible conseguirlos. Se vuelve imposible sembrar, porque no se dan los cultivos que ellos quisieran llevar diariamente a sus casas. Y ahora, que se le han perdido sus cosechas, lo que ha hecho el gobierno es aumentar el precio de los granos, cuando ellos no tienen el dinero para comprarlos. Las palabras del profeta Amós son muy claras y denuncian esta realidad en la que tienen sumergido a nuestro pueblo. La Iglesia quizás ha olvidado el anuncio profético. Eso es lo que hay que hacer: el anuncio, pero también la denuncia. Yo me pregunto: ¿Cómo podemos hacer como Iglesia un trabajo organizativo? Como lo hizo nuestro profeta y mártir Oscar Arnulfo Romero con la gente, principalmente para que ellos sepan cuáles son sus derechos y deberes y para que los exijan a nuestros gobernantes”

José Cruz Castro, Cantón de Puerto Caballo, Jucuarán.
Yo creo que Jesús nos llamaría hipócritas, porque a veces como pobres estamos sufriendo los problemas, pero no queremos reconocerlos y, aunque los reconozcamos, no queremos actuar porque no queremos comprometernos. Yo como cristiano, a la luz de lo que reflexiono con la Palabra de Dios, lo que trato de hacer es convivir mejor con la gente de mi comunidad, tratar de hacer algo que sirva para la Comunidad. Como Iglesia es un reto muy grande comprometernos con los pobres. Como decía Mons. Romero, no se trata sólo de cambiar las estructuras, porque si el cambio no sale del corazón de uno, no se va a cambiar nada.

Oscar Quintero, Cantón La Bocanita, Jucuarán.
Los cristianos tenemos que ser sal y luz en medio del mundo. Esto no hay que entenderlo solo por encima, no se trata sólo de dar testimonio personal, sino que ese testimonio que debemos dar como cristianos nos tiene que llevar a la práctica, para no ser un cristiano solo del rezo o de la misa. Tenemos que transformar la realidad que vivimos, es decir, cuestionarnos qué tenemos que hacer ante tantas injusticias, ante tanta gente que vive sin pan, sin educación, sin salud. La Palabra de Dios nos tiene que llevar a transformar las tinieblas en luz, la muerte en vida, el llanto en alegría.


Karen Castillo, Cantón de Puerto Caballo, Jucuarán.
Jesús no estaría de acuerdo con lo que se vive en nuestro país, denunciaría todas las injusticias que se cometen, para que así algunas organizaciones escucharan el llamado del pueblo que está sediento de justicia. Como cristiana hablo de Dios de una manera positiva, de manera que se comprenda el mensaje que yo les doy. Les hablo de los temas sociales que están sucediendo en nuestra realidad, siempre acompañada de la Palabra de Dios.

Napoleón Sánchez, Cantón de Puerto Caballo, Jucuarán.
La situación de Puerto Caballo está bastante dura, porque la población acá no cuenta con recursos, principalmente cuando vienen los cultivos; ahora que estamos en la época de invierno la gente se pone a limpiar la tierra, pero no sabe que va hacer para comprar abonos, cómo va hacer para comprar la semilla, tantos venenos caros… La vida está bastante difícil aquí en Puerto Caballo y también en otros lugares nos cuentan la misma historia. Yo creo que a nivel nacional está la situación así. Las comunidades ven como se expresan nuestros gobernantes o partidos políticos por la tele y por la radio, diciendo que nuestro país está bastante desarrollado, está bastante adelantado; dicen que están apoyando a la agricultura, a los que no tienen empleo, pero ya en la práctica es otra realidad la que se ve. Tanto dinero que se gasta en las propagandas, dinero y dinero en las calles en pinturas. Como pobres no alcanzamos nada de eso.

Teresa de Jesús Rodríguez, Cantón El Güiro, Jucuarán.
Lo que tiene que hacer un verdadero cristiano es conocer a fondo a Jesús, para vivir ese verdadero cristianismo que nos hace profundamente humanos. Debemos conocer la verdadera realidad que él nos enseña y tenemos que ver los dos sentidos de la cruz: el vertical y el horizontal, a la luz de los sufrimientos que se viven en nuestro país. Ante esta realidad el cristiano tiene que manifestarse, luchar y seguir adelante; abriendo puertas conociendo a las personas. Dios no está de acuerdo con lo que pasa en el país. Dios quiere que todos vivamos dignamente.


DICHOSOS LOS QUE CREEN

Por Freddy Gerardo Ramírez Bolaños, cmf.

Estamos en el mes de las misiones y, para este año 2007, la Iglesia propone el lema: “Dichosos los que creen”. Creer en tiempos de incertidumbre, creer en medio de esta historia vuelta patas arriba, sin justicia, sin igualdad… ¡qué gran reto el del cristiano!.

La realidad que vive nuestro pueblo nos estremece. Nos cuestionamos seriamente cómo se repite la historia de dolor y opresión. Nos indigna ver los bienes de la creación en manos de unos pocos, mientras la mayoría no tiene si quiera un lugar dónde vivir y algo qué comer.

En el evangelio de Marcos Jesús comienza su anuncio del Reino de Dios con estas palabras “Conviértanse y crean en la buena noticia” (Mc 1,15). Su actividad misionera comienza en Galilea no con muchos discursos… sino con acciones esperanzadoras que despiertan la fe y la esperanza en el pueblo sencillo y pobre. Los milagros realizados por Jesús se constituyen en signos de la cercanía del Dios bueno, que no quiere la muerte, sino la vida digna de sus hijos desheredados y sometidos al sufrimiento.

La Iglesia, comunidad de los seguidores de Jesús, misionera por su propia naturaleza, tiene el encargo continuar la misión de anunciar el Evangelio a los pobres. Esta misión consiste en prolongar, en la historia y en la realidad, la misericordia y la justicia que proclamó Jesús; es decirle a este mundo, con la poderosa fuerza de la Palabra, que el orden vigente no es el querido por Dios. La misión nos lleva a despertar la sensibilidad y la fe en Jesús para cambiar este valle de lágrimas, en una tierra donde habite la justicia (2 P 3,13).

Como cristianos debemos discernir, a la luz de los signos de los tiempos, los nuevos caminos de la misión. Por Él podemos ser libres del pecado, de toda esclavitud y vivir en justicia y fraternidad. Y la tarea nos concierne a todos. Debemos creer y trabajar juntos por lograr nuestra propia liberación.

La realidad nos exige una decisión clara por Jesús y su Evangelio, coherencia entre la fe y la vida, encarnación de los valores del Reino, inserción en la comunidad y ser signo de contradicción y novedad en un mundo que promueve el consumismo y desfigura los valores que dignifican al ser humano. Y esta decisión nos empuja a despertar la profecía y el sueño del Reino, el mundo nuevo regido por la ley del amor solidario.

Como hemos leído en los testimonios, sólo es posible cambiar la realidad estructural desde el cambio del corazón. Es realmente cuestionante escuchar a los pobres que siguen teniendo fe en la posibilidad de la renovación social. Todos ellos/as nos hablan de que otro mundo es posible desde la propuesta del Evangelio. Dichosos los que creen en el Dios de la Vida, dichosos ellos que tienen su mirada fija en Jesús, autor y consumador de nuestra fe; hermano y amigo que compartió la pobreza y la muerte de las víctimas.

Que este Octubre 2007 nos aliente en la tarea de la misión. Sigamos empujando la historia con la fe y la esperanza. Solidaricémonos y busquemos para todos/as condiciones de vida justa. No nos conformemos con un evangelio sin cruz, pues de la cruz y de la negatividad de la historia nace el Reino.


CONOZCAMOS NUESTROS DERECHOS

UN NIVEL DE VIDA DIGNO

Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad. (Artículo 25 de la Declaración universal de los derechos humanos).


PENSAMIENTOS DE CLARET

"Demos testimonio de Jesús en nosotros mismos; demos testimonio de obra y de verdad, como dice san Juan, esto es, imitando a Jesús".


LA PALABRA DE ROMERO

“La Iglesia no puede ser sorda ni muda ante el clamor de millones de hombres que gritan liberación, oprimidos de mil esclavitudes” (Homilía 26 de marzo de 1978).


EN ESPÍRITU Y VERDAD

Yo me denuncio ante ustedes
por decir que hay que orar
y no buscar ni un instante
y dejar los días pasar.
Yo me denuncio.

Yo me denuncio ante ustedes
por hablar de los pobres
y mirarlos desde lejos
sin conocer sus nombres.


Yo me denuncio, yo me denuncio
En espíritu y en verdad,
en espíritu y en verdad.


Yo me denuncio ante ustedes
por anunciar el Evangelio
y no atreverme siquiera
a tocarlo con el dedo.
Yo me denuncio.

Yo me denuncio ante ustedes
por gritar comunidad
y hacer mi propio camino
sin contar con los demás.
Yo me denuncio.

Yo me denuncio ante ustedes
por criticar la apariencia
y dedicarme a lavar
la copa por fuera.
Yo me denuncio.

Yo me denuncio ante ustedes
por cantar la libertad
y quedarme a ras de tierra
por vértigo a volar.
Yo me denuncio.

GRUPO IXCIS


1 comentario:

  1. me alegra poder entrar en contacto con toda esa gente linda que quiere vivir su fe en comunidad y me alegra aun mas porque creo que por medio de este taller del Concilio Vaticano II, que lo estan haciendo propio, encarnandolo en su propia realidad.

    animo y siempre adelante...

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