07 diciembre, 2007

LLANTOS POR UNA DESPEDIDA

Las fotos son en la celebración de los 35 años en Santa Rosa, Rio Indio





Hola Amigos/as de Construyendo el Reino, queremos compartir con ustedes un artículo que escribió el Padre Gonzalo Mateo, cmf, "Llantos por una despedida". Donde nos cuenta como fue el proceso de salida de los Misioneros Claretianos de la Costa Bajo en Panamá. Con ello queremos solidarizarnos y dar a conocer el díficil proceso que han vivido estas comunidades. También renovamos el compromiso por la defensa de la vida.
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(Los Misioneros claretianos tienen que dejar la misión de la Costa Abajo de Colón)


Queremos informar a todos nuestros hermanos y hermanas que leen Panorama Católico que, después de 81 años de presencia misionera de los claretianos en la Costa Abajo de Colón (Distritos de Chagres, Donoso y parte del distrito de Colón) con honda tristeza de nuestra parte, y de las 120 comunidades campesinas y costeñas nos despedimos de esta zona misionera el próximo 31 de diciembre. Es voluntad del Obispo Mons. Audilio Aguilar que nos retiremos de esta misión.

A estas horas ya las despedidas oficiales se han realizado con ocasión de la celebración de los 35 años del movimiento de Comunidades Eclesiales de Base, que esta pequeña porción del pueblo de Dios de Panamá ha vivido con hondura, con fe, y con un amplio sentido de defensa de la vida y de la justicia.

Grandes concentraciones de pueblo campesino y costeño han participado en celebraciones llevadas a cabo en COCLECITO, en GUÁSIMO, en SANTA ROSA de Río Indio, en CHAGRES y en NUEVO PORVENIR (Cuipo). Destacamos la concentración celebrada el Lunes 26 de Noviembre y la celebración eucarística presidida por Mons. Carlos Ma. Ariz que fue seguida de una marcha por la ciudad de Colón. Esta última gran asamblea de despedida significó para nosotros misioneros claretianos algo así como dejar a las comunidades campesinas nuestro espíritu de la itineraria de la palabra, la espiritualidad que nace de una iglesia comunidad de comunidades, y de la que brota una red de de ministerios y un modelo de coordinación evangélica.

Pero sobre todo significó para nosotros recibir el espíritu sembrado en dichas comunidades , su espiritualidad de lo suficiente, su amor a la tierra contra la minería cielo abierto, su religiosidad popular, su sentido comunitario y tantos otros rasgos de estas vidas que nos catequizaron durante todos estos años, empezando por “el hermano Obispo”, como ellos le llamaron, y siguiendo por un número significativo de misioneros, diáconos, novicios jesuitas, novicios vicentinos, comunidades religiosas femeninas, laicas y laicos venidos de fuera como acompañantes Para todos nosotros esta experiencia eclesial marcó nuestras vidas.
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Los primeros misioneros que desde el año 1926 surcaron ríos y montañas y empezaron a implantar la iglesia fueron quienes nos dieron a los últimos que vivimos esa gracia de ser como misioneros de Costa Abajo, su radicalidad y entrega. Vale la pena recordar a algunos nombres, por otro lado constructores también de la Iglesia panameña: PP. Berengueras, Antonio Anglés, Monasterio, Mons. Maíztegui, Mons. Jesús Serrano, Mons. Preciado, Mons Marcos Zuluaga, etc.

Pero han sido estos últimos 35 años especialmente significativos por el nacimiento de las CEBs. Hemos bebido del manantial de Medellín, pasando por Puebla y Santo Domingo hasta llegar a la Aparecida donde las CEBs, de nuevo, adquieren fuerza y reconocimiento. Este modelo de Iglesia es como el código genético de la misma Iglesia, por intentar un retorno al reino como centro de la vida eclesial, y porque son talleres permanentes de vida humana digna y de vida eclesial Porque son lugares donde se defiende la vida amenazada, pero con la palabra de Dios, como fueron las luchas contra impuestos injustos, contra una educación deficiente, contra las pretensiones del ACP de inundar sus tierras, contra la minería cielo abierto y en la defensa de sus tierras. De las CEBs nació la famosa Coordinadora Campesina contra los Embalses Son un modelo eclesial donde surgen los ministerios mas variados desde los tradicionales de la Iglesia hasta los nuevos que brotan de la vida de las comunidades En las CEBs se puede vivir en misión compartida, haciendo alianzas de carismas y ministerios. En las CEBs se lleva la palabra de Dios desde la situación que viven los pobres a la vida y se lleva la profecía campesina a la ciudad como los profetas Amós de nuestro tiempo.

Ellos han sabido crear una red bíblica bien conectada con otras redes. En las CEBs se celebra con amor y alegría la palabra de Dios todos los domingos. En el centro de las ciudades sobreabundan las eucaristías, algunas veces muy rituales y sin impacto en la vida. En las zonas marginadas como la costa Abajo la eucaristía es un lujo, como es un lujo conseguir medicinas, o contar con centros educativos. Pero el pueblo de Dios marginado celebra su fe todos los domingos hasta que, algún día, puedan también experimentar ese derecho eclesial de celebrar todos los domingos la eucaristía.

En las CEBs de Costa Abajo surgió un modelo de coordinación eclesial, de abajo hacia arriba, donde todos se sienten sujetos eclesiales. Es que cuando el excluido se convierte en sujeto eclesial surgen milagros, porque tienen un acompañamiento especial, el acompañamiento del Espíritu de Dios que sigue ese método como aparece en la Biblia.

En las CEBs de Costa Abajo se ha mantenido viva la religiosidad popular. Es desde ahí donde ha surgido el movimiento de las CEBs. Religiosidad popular y CEBs se complementan, y al no perderse las raíces culturales, la iglesia se incultura.

Estos y muchos otros rasgos son la expresión de esta iglesia campesina y afroamericana de la que nos despedimos, para los misioneros claretianos, esta porción preciosa del pueblo de Dios la hemos cuidado como a la niña de los ojos, Ha sido como un lugar emblemático para la Provincia claretiana de Centroamérica. Ha sido como una escuela de formación intensiva para los jóvenes misioneros. Todos los que han pasado por aquí llevan una marca en el corazón y les ha servido como inspiración para sus nuevos campos apostólicos.

Como Provincia Claretiana de Centroamérica, no queríamos de ninguna manera irnos en este momento. Como misioneros itinerantes, sabíamos que algún día la entregaríamos a la iglesia local, pero no ahora. Nos toca obedecer las decisiones que han tomado los nuevos pastores de la Iglesia colonense. A ese dolor por retirarnos de la misión, se ha añadido otro dolor y es no saber bien quienes van a continuar este trabajo, para haberles entregado la antorcha viva, y para ayudarles a entrar con amor, con sencillez, y abiertos a las sorpresas del Espíritu en esta aventura eclesial reforzada en Aparecida.


Luís-Gonzalo Mateo cmf
Bicentenario del Nacimiento de S. Antonio Ma. Claret

04 diciembre, 2007

BOLETÍN 14



Comenzamos el tiempo de Adviento, tiempo de preparación para la Navidad, tiempo para renovar la esperanza, en medio de tantas desesperanzas. Tiempo para seguir poniendo nuestra confianza en el Emmanuel, el Dios-con-nosotros que nos impulsa a trabajar por nuestras comunidades. Recogemos a continuación algunos testimonios sobre la vivencia de esta virtud, de este don, de esta gracia. En ellos vemos que la semilla del Reino está presente en el corazón de los/as que apuestan por un mundo más humano, más fraterno, más alegre.

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Marlon Enrique Mendoza, Cantón Chilata, San Julián.

Tengo la esperanza de ver el mundo cambiado, de ver la humanidad entregada a Dios. Tengo la esperanza de ser evangelizador, de entregarle mi vida a Dios. Estas esperanzas las mantengo poniendo mi fe en Dios a través de la oración, esforzándome cada día. Creo que la esperanza nos tiene que llevar a todos/as a ser hermanos.

Esperanza Martínez, Cantón Las Granadillas, Santa Tecla.

Desde mi fe he tomado un compromiso como madre y como esposa, me he esforzado por la educación de mis hijos. En cuanto a mi familia mi esperanza es que nos organicemos para salir adelante en medio de los problemas, obstáculos y dificultades. Nos fortalecemos como familia con el amor de Dios. A nivel social estamos muy explotados, engañados, hay muchas injusticias, desamor y demasiada insolidaridad; no sólo los grandes sino también los pequeños grupos que se dividen. Sólo desde la fe entendemos que no podemos quedarnos orando, sino que tenemos que construir un mundo nuevo. Jesús es la esperanza de los olvidados y eso es lo que nos levanta.

Domitila del Carmen Sermeño, Cantón Chilata, San Julián.

La esperanza es lo que uno mantiene para planear, para realizar los sueños que uno tiene en la vida. Siempre quiero hacer lo mejor para Dios, para que vivamos en armonía en la familia. Quiero estar apoyando a la comunidad en la catequesis, en el coro. Para eso me mantengo en oración con Dios, le pido con optimismo, miro el lado bueno de la vida. A pesar de las dificultades siempre lucho por alcanzar mis sueños.

Jaime Estrada, Caserío Las Tablas, Cantón El Mojón, Tepecoyo.

Las esperanzas que tengo son las de seguir adelante, de servir con amor; tengo esperanza de predicar, de cantar, de tocar guitarra. Esa esperanza me lleva a comprometerme más con Dios y la comunidad. Esa esperanza la mantengo pidiéndole a Dios a través de la oración.

José Arístides Escobar, Caserío Las Tablas, Cantón El Mojón, Tepecoyo.

La esperanza mía es trabajar por lo que el Señor nos ha dicho en su Palabra, esforzarme por la salvación. Esa esperanza la sostengo con mi participación en la Iglesia, en la comunidad, estando atento a la voz de nuestros pastores para estar dispuestos a caminar por donde el Señor nos ha trazado. Esa esperanza nos lleva a tener la seguridad de que lo que la Palabra de Dios nos dice se va a cumplir. Dios nos va a salvar.

Ana Jeaneth Maldonado Guardado, Caserío Las Tablas, Cantón El Mojón, Tepecoyo.

Mi esperanza es algún día poder tocar guitarra, predicar, enseñar a los demás lo que he aprendido. De Dios espero que me ayude a seguir adelante, que me de la fuerza. Esa esperanza la mantengo cumpliendo los mandamientos, llegando a la ermita, obedeciendo a mis padres, a Dios. Esa esperanza me lleva a vivir una vida cristiana.

Juana Molineros Chávez, Cantón Chilata en San Julián.

Yo tengo la esperanza de luchar por poner mi fe en Dios; tengo la esperanza de que Dios ve mi trabajo; tengo la esperanza de que Dios me va a perdonar. Tengo esa esperanza y me esfuerzo por entrar en la puerta estrecha; para eso tengo que esforzarme, para no hacer las cosas malas, para no meterme en unas cosas que para Dios no son agradables. Mi esperanza es hacer la voluntad de Dios. Esa esperanza la mantengo orando, si no nos mantenemos en oración no podemos mantener la esperanza.

Yaneth Hernández, Cantón Las Granadillas, Santa Tecla.

Siento que la esperanza, en primer lugar, es que mi esposo camine para poder salir adelante. Yo me dedico a lavar y planchar. A mí me toca salir mucho y deseo que él se recupere para volver a ser una familia normal. Creo que con fe, es que hemos superado este problema, gracias a la fe estamos saliendo del hoyo en el que caímos con lo del accidente de mi esposo. Lo que me hace mantener la esperanza es creer en Jesús porque no hemos creído en un Dios muerto, sino vivo que nos anima, por eso cuando me siento agobiada, tengo esperanza de que Dios no nos pone pruebas que no podamos soportar. Él no nos va a dejar nunca. Es necesaria la esperanza, eso es lo que nos mantiene vivos para llevar a otros la fe; debemos llegar a los hermanos que no llegan a la Iglesia.

Reina Isabel Arciles, Cantón Las Granadillas, Santa Tecla.

Mis esperanzas son seguir estudiando y trabajando para ayudar a mi familia. Vivimos en una cultura influyente, todo está cambiando. Creo que el grupo juvenil ha sido una unión en la que nos organizamos mejor para luchar juntos. Lo principal es Dios, porque Él nos da fuerza para luchar por lo que queremos eso me hace mantener la esperanza. En esto tiene mucho que ver el apoyo de mis padres y mis hermanas.

Alba Luz Escalante, Cantón Las Granadillas, Santa Tecla.

Desde la fe una de las esperanzas que tengo es llegar a unirnos en una misma Iglesia, un mismo Dios, que no dividamos a Dios, que no nos dividamos entre nosotros, que haya unidad. En cuanto a mi familia espero lograr más fidelidad y que no nos falte nada, ni la salud, ni el amor. Los grandes toman las decisiones, pero no piensan en el daño que hacen a los pobres. El que conoce a Dios, conoce la realidad y puede tomar mejores decisiones. Esta esperaza la mantengo poniendo la fe en Dios; si estamos de la mano con Él, si no tuviéramos fe, no se cómo viviríamos. Por eso la fe es importante iluminada desde la Palabra de Dios, para ser personas que ayudan a mantener la esperanza.

Carlos Ernesto Barahona y María Arcadia Guzmán, Cantón Las Granadillas, Santa Tecla.

Yo pienso que tener esperanzas en base a la fe es que ésta llene de buenas actitudes. Una fe con esperanza son buenas actitudes: estar unidos como esposos, superar los problemas, perdonarnos y de esta forma vivir cristianamente. A nivel social el cristianismo puede ser el inicio para trabajar contra la violencia y la injusticia que hace que la esperanza se pierda, por eso creo que la sociedad se puede preparar desde el cambio de cada persona.


UNA GOTA DE ESPERANZA

En la ladera de una montaña había una fuente conocida por todos como la fuente de la Esperanza. Todo aquel que estaba deprimido o desanimado por alguna dificultad, bastaba con que bebiera un poco de aquella agua para llenarse de Esperanza y tener fuerzas para superar su dificultad, por imposible que pareciera. Esto hacía que los habitantes de aquella región estuvieran siempre alegres a pesar de los problemas.

Pero un día la fuente se secó y ya no pudieron beber su agua. Esto fue catastrófico. El desánimo y la desesperanza se apoderaron de todos. Dejaron de estar alegres y se volvieron terriblemente pesimistas.

Sólo hubo un niño que no perdió la Esperanza. Todas las mañanas acudía a la fuente esperando que volviera a caer el agua. Y allí se pasaba el día entero. Los que le veían le decían que se marchara porque estaba perdiendo el tiempo: la fuente se había secado para siempre. Pero él no les hacía caso. Todos los días, semana tras semana, no dejó de ir a la fuente. Algunos hasta se burlaban de él y le tomaban el pelo. Era imposible que saliera agua porque el manantial de donde se alimentaba la fuente estaba cegado por la tierra.

Una mañana de tantas, cuando todo parecía perdido, el niño vio con sorpresa que de la fuente iba a caer una gota de agua. Era la última gota de Esperanza que le quedaba. A toda prisa puso su mano para recogerla y se fue entusiasmado a enseñársela a todos. Pero nadie le hizo caso. Aquello era una gota insignificante que no valía ya para nada. Le dijeron que la tirara donde quisiera porque ya no había nada que hacer. La Esperanza estaba perdida sin remedio. El pobre niño se marchó muy triste y desanimado. Así que fue al pozo de donde bebían todos y tiró allí su gota de agua.

Sin embargo, aquella gota de agua tenía la Esperanza tan concentrada en su interior, que cuando se mezcló con el agua del pozo, hizo que todo él se contagiara de Esperanza. Al día siguiente, cuando todos bebieron de aquel agua, quedaron nuevamente llenos de Esperanza. Cuando se enteraron de que había sido por la gota de agua que el niño había echado, fueron a darle las gracias porque fue el único que continuó esperando contra toda esperanza. Y desde entonces, aquel pozo fue conocido por todos como el pozo de la Esperanza.



CONOZCAMOS NUESTROS DERECHOS

IGUALDAD ANTE LA LEY

Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación (Artículo 7 de la Declaración universal de los derechos humanos).


LA PALABRA DE ROMERO

“A ustedes les consta cuál es el lenguaje de mi predicación, un lenguaje de que quiere sembrar esperanza” (Homilía 6 de noviembre de 1977).


HAZ RENACER LA ESPERANZA

Haz renacer la esperanza, ven,
ven a curar las heridas,
ven a traer alegría,
aliméntanos de vida.
Transforma los corazones,
cambia el odio por amor,
ven a llevarte, muy lejos,
la miseria y el terror.

Te esperan los maltratados,
los hambrientos y olvidados,
te esperan los explotados,
por patrones empachados.
Te esperan los que no tienen
ni prestigio, ni respeto,
te esperan los indefensos,
los que mil veces han muerto.

Te esperan miles de obreros,
con ridículo jornal;
también te espera el minero,
que ha perdido hasta su hogar;
te esperan los campesinos,
cansados de explotación;
te esperan los estudiantes,
sin futuro ni ilusión.

Te espera el desempleado,
sin trabajo y sin comida;
te espera el abandonado,
y los que no tienen familia.
Te espera la prostituta,
maltratada y sin salida;
te esperan miles de enfermos,
sin esperanza de vida.

15 noviembre, 2007

BOLETÍN 13

Nuestros fieles lectores de Chilata, San Julián

Padre Jon Sobrino, SJ, Teólogo y Profesor de la UCA
Centro Monseñor Romero de la UCA
Amigos y amigas de Construyendo el Reino, un saludo especial para todos/as ustedes que están comprometidos/as en la edificación de una nueva sociedad. Este número lo dedicamos a la memoria del 18 aniversario de los Mártires Jesuitas, testigos privilegiados en El Salvador del amor radical a Dios y al pueblo. Para ello, el teólogo y profesor de la UCA, Jon Sobrino, nos ha concedido una entrevista. Que sus palabras nos ayuden pensar cómo ser cristianos en este nuevo contexto que nos toca vivir y que los mártires nos impulsen a devolverle la credibilidad y la belleza a la Iglesia de Jesús en la profecía de la vida ordinaria.


ENTREVISTA A JON SOBRINO

Por Freddy Gerardo Ramírez Bolaños, cmf.

¿Jon, explíquenos por qué mataron a los Jesuitas?

Han pasado 18 años de los mártires Jesuitas, de Rutilio Grande han pasado 30 años, de Monseñor Romero han pasado 27, de las 4 religiosas Maryknoll han pasado 26. Ha pasado mucho tiempo. ¿Qué tenían en común todas estas muertes, en aquellos años? Bueno, yo diría que tenían en común que anunciaron un Evangelio. Era gente que hablaba de Dios, de Jesús, y anunciaban la Buena Noticia para los pobres de este mundo y se ponían a su servicio. Y eso, automáticamente significaba, en aquellos tiempos, enfrentarse con los poderes reales; es decir, la acumulación de capital, de dinero en forma de agroindustria.

Ese gran poder tenía a su servicio político a los gobiernos. Y el servicio policial de ese gran poder eran los ejércitos. Y cuando necesitaban todavía reforzar esos servicios, desgraciadamente formaban lo que se llamaban “escuadrones de la muerte”. Entonces aquellos mártires, mis hermanos y los hermanos de todos, lo primero que hicieron fue “desenmascarar”. El mismo desenmascarar era ponerse del lado de las víctimas, de los que sufrían. Además cada uno tenía lo suyo: el Padre Ellacuría era un gran pensador, un rector de universidad; Monseñor era un pastor; las religiosas eran “ángeles de la caridad”, de una bondad terrible, como conocemos. Cada uno lo hizo a su modo… pero eso es lo que hicieron: por un lado estaban evangelizando, diciéndoles a la gente “Dios está con ustedes” y, por otro lado, estaban denunciado a los ídolos. Y por eso los mataron.

Monseñor Romero en una homilía dice: “se mata al que estorba”. Es importante que hoy nos preguntemos: ¿nosotros cristianos, estorbamos? y ¿a quiénes? Y por supuesto, ¿a quienes apoyamos y ayudamos?


¿Qué impacto ha tenido el martirio de tus hermanos en tu labor como teólogo?

Yo empecé a ser profesor de Teología en el año 74 con el Padre Ellacuría. O sea, estuve con él 15 años. El 77 hubo para nosotros -y para todo el país-, un martirio muy importante, el martirio del Padre Rutilio Grande, compañero jesuita, muy cercano. Ellacuría estaba en España y a mí me tocó reflexionar sobre este acontecimiento. Monseñor me decía: “Padre, hay que pensar estas cosas también desde la teología”. Por tanto, lo del martirio, ya desde Rutilio Grande y luego el de Monseñor Romero en el 80, sí tuvo un gran impacto en mi modo de pensar, quizás en algunas cosas más novedosas para elaborar el concepto de “mártires jesuánicos”, aquellos que se parecen a Jesús en vida y muerte.

Primero, para mí como teólogo, en lo que más me han ayudado los mártires ha sido para comprender a Jesús. Nosotros de Jesús tenemos textos de hace 2000 años, muchos de los cuales están ya teologizados. Estos martirios reales de hoy, así como la pobreza real de hoy, me ayudan a leer los textos y me llevan a conocer un poquito mejor a Jesús de Nazaret.

Lo segundo es que los mártires para la teología han ayudado a buscar criterios de verdad para la Iglesia; para nosotros que vivimos como creyentes, no como individuos, sino en comunidad. Y esta es la pregunta recurrente a lo largo de toda la historia: así como de Jesús se afirma que fue bueno, de la historia de la Iglesia sabemos que no es así. Los mártires nos ofrecen criterios reales para ver si vamos bien. Claro que ya desde el Concilio de Constantinopla se dijo que “hay criterios” de la verdadera Iglesia: “una, santa, católica y apostólica”, que están bien si se desmenuzan, pero esto de los mártires es otra cosa, porque los mártires que han habido en este país han sido producidos por un acercamiento de la Iglesia al mundo real de los pobres. O sea, una Iglesia de mártires lo primero que ofrece es una Iglesia análogamente inserta en el mundo de los pobres, una Iglesia santificante al asumir las virtudes que están, en parte, en el mundo de los pobres y que se generan al estar con ellos. Es decir, estando cerca de los pobres es más fácil tener la virtud de decir la verdad, de tener compasión, de tener fortaleza. Los mártires ayudan bastante a captar hoy si vamos bien o no.

Los mártires son el tipo de realidad que nos presentan ante el misterio último de Dios. Al fin y al cabo el mártir Jesús, por un lado muere crucificado y Dios no interviene en ese momento; por otro lado desde la fe decimos que Dios interviene devolviéndole a la vida. Eso se dice con facilidad, se reza en el Credo, pero indudablemente es una manera de ponernos ante el misterio último de Dios. En concreto estos años en la religiosidad popular se ha trivializado la fe, pues se ha hecho cosa de mucha bulla, de música barata, de mucha procesión, mucho colorido y, tomar las cosas un poquito en serio parece que ya no tiene mucho que ver con nuestra religión . Y, como la realidad en que vivimos es una realidad seria, nuestra religión también tiene que recoger esa seriedad. Eso es lo que nos dejan los mártires.

También los mártires generan una alegría y un gozo inesperado. En la UCA llevamos 18 años celebrando y viene gente de todas partes, contentos; también con caras tristes porque recuerdan a sus seres queridos. Pero quiero decir que los mártires devuelven seriedad a la religión y una alegría muy honda, que no es meramente la musiquilla barata.


¿Qué camino alternativo ofrecen los mártires a la juventud de hoy?

Si tú miras esta habitación casi todas las fotos que están aquí son de mártires y casi todos están sonriendo. Los mártires nos dicen que es posible sonreír en la vida. Pero la gran lección es que lo hicieron por otro camino y no cayeron en el manoseo en el que se quiere hacer caer a los jóvenes: “les vamos a enseñar lo que es reír y lo que es llorar”. Esas cosas son muy serias. En este país existen realidades sufrientes y dolorosas, por eso es necesario que los jóvenes no se acostumbren, que hagan un esfuerzo para ver esa realidad, ir allí y ayudar. Si quieren irse a Estados Unidos que hagan un esfuerzo por pensar “¿por qué quiero ir?” (a lo mejor tienen razones muy buenas y muy urgentes); pero también pensar “¿y aquí no puedo vivir? , ¿qué puedo hacer?”. Los mártires dicen que se puede vivir y sonreír de otra manera.

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Quiero añadir finalmente, que cuando en 1990 vino aquí Don Pedro Casaldáliga, claretiano, tuvo la delicadeza de hacer el siguiente poema a nuestros mártires:


LA UCA Y EL PUEBLO HERIDO

Ya sois la verdad en cruz
y la ciencia en profecía y es total la compañía,
compañeros en Jesús.
El juramento cumplido,
la UCA y el pueblo herido
dictan la misma lección
desde las cátedras fosas
y Obdulio cuida las rosas
de nuestra liberación.


CONOZCAMOS NUESTROS DERECHOS
Derecho a la seguridad y a la protección

Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques. (Artículo 12 de la Declaración universal de los derechos humanos).


LA PALABRA DE ROMERO

“Sería triste que en una patria donde se está asesinando tan horrorosamente no contáramos entre las víctimas también a los sacerdotes. Son el testimonio de una Iglesia encarnada en los problemas del pueblo” (Homilía 30 de junio de 1979).


PADRENUESTRO DE LOS MÁRTIRES

Padre nuestro del pobre y del marginado
Padre nuestro de mártires y torturados.

Tu nombre es santificado en aquel que muere
al defender la vida;
tu nombre es glorificado cuando la justicia
es nuestra medida.

Tu Reino es de libertad, de fraternidad,
paz y comunión; maldita toda violencia
que devora al hombre con la represión.
Perdónanos cuando por miedo quedamos callados
delante de la muerte; Perdona y destruye
el reino de la corrupción como ley más fuerte

Hágase tu voluntad,
eres el verdadero Dios libertador.
No vamos a seguir las doctrinas amañadas
por el poder opresor.

Pedimos el pan de la vida, el pan de la esperanza,
el pan de los pobres; el pan que trae humanidad
y reconstruye al hombre en vez de cañones.

Protégenos de la maldad, de los prepotentes y los asesinos;
Dios padre revolucionario,
hermano del pobre, Dios del oprimido.

03 noviembre, 2007

BOLETÍN 12

Agentes de Pastoral de la Parroquia de Jucuarán

Compartir de los alimentos
Reflexión de la Palabra y de la Realidad
Inicio del Bicentenario en la Casa del Teologado
Nuestra familia claretiana




EN ITINERANCIA MISIONERA

Por Edgardo Guzmán, cmf.

Tengo la alegría de compartir con ustedes algo sobre la experiencia de apostolado que tuvimos en días recientes en la Parroquia de San Sebastián, en Jucuarán, Usulután, al Oriente de El Salvador.

Generalmente, cada mes vamos a compartir algún taller de formación con los agentes de pastoral. Para este mes de octubre se nos pidió un taller sobre la catequesis. Con mucha ilusión nos fuimos preparando Abel y este servidor, buscando material de apoyo, escogiendo los temas, programando la dinámica a seguir, preparando hojas de oración, de cantos, etc.

Salimos para Usulután el viernes 26 de octubre. Para los que no estamos acostumbrados el viaje es largo; pero entre plática y plática el camino se hace llevadero y se disfruta. Cuando menos lo acordamos nos están diciendo que hemos llegado. Después de almorzar con mi hermano de misión y luego de esperar un poco, llega Don Boanerges, delegado del cantón la Ringlera, para llevarnos hasta el cantón de Puerto Caballo. Pronto iniciamos con él una amena conversación…

El paisaje de estos lugares es bonito, da gusto ver las milpas y frijolares, respirar el aire fresco de los verdes bosques, contemplar el imponente horizonte del mar y la bocana de los ríos. Esto es lo que nos da la bienvenida y lo que ambienta nuestra experiencia misionera.

Al llegar somos recibidos por el delegado encargado del cantón. “¡Ya llegamos Napo!” Le dije... Él y su esposa Esmeralda, nos dan posada en su casa, donde siempre la pasamos bien. Después de descansar un poco y de refrescarnos en las cristalinas aguas de una quebrada, Esmeralda nos avisa que ya esta la cena servida. En la mesa nos esperan unos frijolitos calientitos, pipianes cosidos, cuajada y unas sabrosas tortillas de maíz nuevo… de postre elote asado… ¡Qué rico!

Esto es para mí lo más original en la misión: compartir con la gente y sentarme a comer con ellos. Ya que es en estos espacios donde podemos hablar de lo que hacen, de los proyectos que tienen, de lo que está pasando en la comunidad, en fin, de sus gozos y de sus esperanzas, de sus alegrías y de sus tristezas. Y así, poco a poco, vamos entrando en confianza y le vamos dando paso a las bromas, la risa brota espontáneamente y el compartir se llena de alegría.

Comenzamos el taller, con mucha puntualidad, a las 8:00 de la mañana del sábado. Abel con la guitarra al hombro, se presentaba y comenzaba a animar el taller. Eran alrededor de 40 catequistas en su mayoría jóvenes y mujeres. Se reunieron de varios cantones. A algunas les tocó caminar hasta tres horas, ello implicaba madrugar para poder estar a tiempo.

La dinámica que seguimos en el taller fue sencilla: reflexionamos entorno a cinco temas entre el sábado y la mañana del domingo. Vimos la necesidad de renovar la catequesis, el horizonte que debe tener: el Reino; el ser catequistas y las actividades en la catequesis. Todo apuntaba a dar el paso de una catequesis tradicional, a una catequesis renovada como proceso de enseñanza en el seguimiento de Jesús.

Entre todos fuimos tomando conciencia de esto. Ya no basta una catequesis basada en la memorización de oraciones y de mandamientos. Es necesaria sobre todo una catequesis que parta de la realidad y que le enseñe a nuestros niños y niñas los valores del Reino. Todo esto lo tratamos de encarnar desde lo que viven nuestras comunidades.

Quiero resaltar un hecho que me gusto mucho en esto de las comidas. Para poder darnos de comer a todos/as, varias familias colaboraron llevando unos maíz, otros frijoles, arroz, leche, frutas, verduras. Entre todos pues se pudo reunir lo necesario para poder disfrutar de los espacios mesa compartida. Son estos gestos de acogida, de solidaridad, de alegría y de lucha que tiene nuestra gente; son estos gestos propios de los pobres, los que hacen que nuestra experiencia de misión sea una experiencia fascinante, son estos gestos los que nos humanizan.╬


INICIO DEL BICENTENARIO DE CLARET

Por Freddy Gerardo Ramírez, cmf.

Los días 23 al 25 de Octubre estuvimos celebrando con alegría un Triduo en memoria de San Antonio María Claret en el II Centenario de su nacimiento. Compartimos la celebración con nuestros vecinos del Pasaje los Almendros y con los familiares armenienses de los muchachos que se encuentran realizando sus estudios de Filosofía en la casa de formación de Managua.

Los dos primeros días nos acercamos de nuevo a la vida del Padre Claret, a sus orígenes, a su pasión por el anuncio del Reino, a sus obras evangélicas, a su recorrido misionero. Recordamos sus grandes lemas: “La caridad de Cristo nos urge”, “Válganse de todos los medios posibles”, “Buscar en todo la mayor gloria de Dios”, “Mi espíritu es para todo el mundo”.

El último día del Triduo cantábamos en el himno del Bicentenario “nos encanta la herencia claretiana”. Recogimos lo vivido en esos días en una pequeña síntesis: tenemos un gran tesoro en nuestras manos: hacer posible el Reino de Dios donde estemos presentes. Y como no puede haber fiesta sin comida, compartimos un tamalito con chocolate caliente, sintiéndonos familia misionera.


LA PALABRA DE ROMERO

“Una Iglesia que no se une a los pobres para denunciar desde los pobres las injusticias que con ellos se cometen, no es verdadera Iglesia de Jesucristo” (Homilía 17 de febrero de 1980).


BUENAS NUEVAS

Buenas Nuevas, Buenas Nuevas,
pa’ mi pueblo el que quiera oír que oiga
y el que quiera ver que vea.
Lo que está pasando en medio
de un pueblo que empieza a despertar.
Lo que está pasando en medio de un pueblo
que empieza a caminar.

Caerán los que oprimían
la esperanza de mi pueblo.
Caerán los que comían
su pan sin haber sudado.
Caerán con la violencia
que ellos mismos han buscado
y se alzará mi pueblo
como el sol sobre el sembrado.

Ya no estés más encorvado
tu dolor se ha terminado.
Mucho tiempo has esperado
tu momento ya ha llegado.
En tu seno pueblo mío
hay un Dios que se ha escondido
y con fuerza ha levantado
tu rostro adormecido.

BOLETÍN 12

BOLETÍN 1







BOLETIN 12

BOLETIN 12







BOLETÍN 13







22 octubre, 2007

VOTOS PERPETUOS DE FREDDY RAMÍREZ

Procesión de entrada, con representantes de las comunidades

El Grupo Karao animó la Eucaristía

Inicio del Rito de Profesión

Freddy postrado durante las letanías de los Santos


Freddy emite sus votos ante el P. Rodolfo Morales, cmf.

Oración consagratoria

Entrega de la Cruz Misionera

Procesión de ofrendas

Fiesta en la casa de los Misioneros
Compañeros de la UCA presentes
Familiares y amigos/as


Don Juan de Dios Galán declamando sus poemas
Don Arnoldo Cortéz amenizando la fiesta con su voz


Abel con sus canciones latinoamericanas


LO QUE LAS CÁMARAS NO CAPTARON

Por Abel Carvajal, cmf.

Las siguientes líneas quieren recoger la celebración de los Votos Perpetuos de nuestro compañero Freddy Ramírez, que el día 20 de Octubre, en las vísperas tempranas del II Centenario del nacimiento de San Antonio María Claret, ha dado el sí radical y perenne en la entrega misionera al estilo de Claret.

“Ser sal y luz del mundo” ha sido la consigna que lo ha acompañado a lo largo de su proceso formativo iniciado en Managua hace 9 años. Era la hora del momento cumbre para el cual se ha venido preparando lenta y arduamente. El lugar de encuentro era el Templo Parroquial de Armenia, Sonsonate a las 2:00 pm. De antemano se había organizado todo, de manera que la celebración transcurriera en un ambiente de familiaridad. Hacia el medio día empezaron a llegar las primeras delegaciones de invitados y como siempre los primeros fueron los de más lejos. Desde el Oriente del país llegaron campesinos de las comunidades de la Parroquia de Jucuarán, Usulután, para compartir este momento de alegría con los Misioneros Claretianos y de manera especial con Freddy que les ha acompañado en su formación cristiana.

Minutos más tarde llegó junto al P. Jeremías, nuestro Superior Provincial, Rodolfo Morales, quien le tomaría los votos a nuestro hermano. Así se fue sumando una gran multitud hasta llenar la Iglesia Parroquial. Llegaron de todas las comunidades que acompañamos a lo largo y ancho del país, de oriente a occidente: Jucuarán y sus Cantones; Las Gradillas (un Cantón de Santa Tecla), Chilata de la Parroquia de San Julián; algunas comunidades de Armenia: Buena Vista, La Fraternidad y Las Brisas; no pudieron faltar también nuestros compañeros de la UCA.

Todo estaba listo para iniciar, el Grupo Karao con sus voces e instrumentos a tono para arrancar con el canto de entrada. Los integrantes de la procesión de entrada, laicos y clérigos, Claretianos y Diocesanos se fueron acercando al altar al ritmo del canto “Iglesia peregrina”. El presidente es nuestro Superior Provincial, concelebran los PP. Claretianos: Ismael Montero, Mauricio Borge y Juan Carlos; los dos primeros son Prefectos de Apostolado y Formación respectivamente. Acompañan también los PP. Francisco Serafín y Abel Castaneda de las Parroquias de Jucuarán y San Julián.

La celebración estuvo súper animada con los signos que dieron vida…desde un Cristo en pedazos hasta candiles que se fueron encendiendo a lo largo de la proclamación del evangelio (Lc 4,16-22) Posteriormente el candidato se puso en pie y el Superior lo llamó por su nombre; Freddy responde con firmeza “aquí estoy” y luego pide a Dios la gracia de consagrarse perpetuamente en la Congregación Claretiana para el servicio de los más excluidos de la sociedad.

Posteriormente vino la homilía cargada de recuerdos y referencias a nuestro carisma que sin duda será el pozo donde Freddy beberá para alimentar su espiritualidad. Con esto llegó también el momento de invocar a los Santos y Santas, y mientras la comunidad se hincaba devotamente, Freddy se postraba al pie del altar teniendo detrás a todo un pueblo que lo bautizará y delante a un Dios que lo levantará en los días sin luz. Con este gesto funde sus mayores anhelos deseando ardientemente vivir sus votos ante Dios y ante el pueblo. Así llegó la hora cero, la hora de pronunciar de manos del Superior la fórmula de profesión. Él se miraba firme y convencido del compromiso vitalicio que estaba adquiriendo.

Al final de la misa llegaron los abrazos y la invitación fraterna a todos los asistentes a compartir una comidita en nuestra casa. Karao trasladó sus instrumentos y con el entusiasmo que les caracteriza empezaron su concierto con “El sombrero azul”. Cantó también Don Arnoldo Cortéz; Don Juan de Dios Galán nos deleitó, por su parte, con sus poemas. Y, aunque el cielo estaba nublado y caía un poco de lluvia la gente no paró de celebrar. Al final hubo comida y horchata para todos.Así trascurrió la fiesta.

Que el espíritu que animó a nuestro Fundador anime a Freddy en esta nueva etapa de su vida. Que sus frutos sean abundantes y que la entrega sea con un claro objetivo, el de Claret: “…que Dios sea conocido, amado, alabado y servido por todas las criaturas”.

14 octubre, 2007

BOLETÍN 11

Carlos Jesús Chávez Morales, cmf

Edgardo Alfredo Guzmán Midence, cmf

Marco Antonio Rangel Guerrero, cmf

José Abel Carbajal Calles, cmf
Freddy Gerardo Ramírez Bolaños, cmf

David Hernández, cmf

Mauricio Borge, cmf

Luís Alonso Díaz García, cmf

SER CLARETIANO HOY


Queridos hermanas y hermanos, los Misioneros Claretianos estamos de fiesta. Estamos próximos a celebrar el día de nuestro Fundador, San Antonio María Claret, el 24 de Octubre. Compartimos con ustedes la alegría y el reto de ser cristianos comprometidos en la causa del Reino de Dios, como lo hicieron Claret y tantos hombres y mujeres de Dios en la historia del cristianismo. Este Boletín ha recogido los pensamientos de los hermanos de comunidad del Teologado Claretiano en Armenia, frutos de un retiro que tuvimos el pasado viernes 5 de Octubre; el tema gira en torno a qué significa ser claretianos desde la experiencia personal. Muchas gracias, como siempre, por su apoyo incondicional a este medio de comunicación.

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Carlos Jesús Chávez Morales, cmf

Centroamérica parece ser un solo país. Tenemos una misma lengua, algunas comidas y costumbres. En el fondo somos países distintos con profundas divisiones políticas y sociales; algunos países han sido marcados por la guerra, la muerte y la violencia. Existe un hilo conductor: el desempleo, la miseria, el hambre, en fin, la pobreza. Sin embargo, en esta visión que parece tan negativa encontramos esperanza. Este es el reto que encuentro como Misionero Claretiano en Centroamérica: ser portador de buenas noticias si quiero ser coherente con el Evangelio de Jesús. Eso mismo haría Claret y más.

Edgardo Alfredo Guzmán Midence, cmf

Ser claretiano es vivir todas las dimensiones de mi persona con el Espíritu que animaba a Jesús misionero itinerante del Reino, con el que Claret se sintió identificado. Y hacer de la oración y del estudio, de la escucha y el servicio, de Palabra y de la misión, de la oblatividad y la entrega, de la profecía y el compromiso, los dinamismos que me ayuden a potenciar una vida misionera con calidad, autenticidad y coherencia. Para que a nuestro servicio misionero de la Palabra tenga siempre la opción por la vida, la justicia, la cercanía, la ternura, la creatividad, el entusiasmo y la alegría.

Marco Antonio Rangel Guerrero, cmf.

Para mí ser Misionero Claretiano hoy en Centroamérica es ponerse del lado de las víctimas y en su mundo, no sólo para desearle éxitos sino para acompañarlos, corriendo su misma suerte por la salvación-liberación-victoria o la muerte, pero muerte con dignidad propia de seres humanos.

Abel Carbajal, cmf.

Ser auténticamente claretiano hoy me evoca pensar en la figura de nuestro fundador y ver, sobre todo, algunos episodios concretos de su vida en su afán porque la gloria de Dios llegara a todos. Quiero fijarme en su proyecto apostólico: él soñó con una nueva evangelización en su tiempo; para eso tenía claro que se debía partir de un análisis de la realidad y del diálogo con la cultura. Luego empezar este plan con acciones de choque, preparación de agentes de pastoral laicos y dar continuidad a los procesos. Ser claretiano hoy, según creo, es partir del primado de la realidad, conocer a fondo los desafíos de este nueva sociedad, soñar y concretizar los planes operativos que puedan responder a ella desde el carisma para el que fuimos fundados en la Iglesia. Es ante todo dejarnos tocar por la realidad en el contacto directo con los “malditos” de la sociedad y tratar de ser buena noticia para nuestros “próximos”.

Freddy Gerardo Ramírez Bolaños, cmf

Ser Claretiano en Centroamérica es vivir la vocación misionera en medio de los pobres, compartiendo sus luchas, estando atentos a los signos de vida y de muerte que experimentamos para encontrar juntos la voluntad de Dios en nuestra historia. Es ser hombres de la Palabra Viva, servidores de la Palabra profética del Reino, ofreciéndola a todas las personas por todos los medios posibles. Es ser esperanza para los que sufren, denuncia contra la injusticia, alternativa ante los caminos cerrados, corazón y ternura ante este mundo egoísta y frío, profecía en la vida de cada día. Es hacer posible el sueño de Jesús y de Claret en nuestra propia realidad humana.

David Hernández Lorenzo, cmf.

Como discípulo de Jesús, Claret nos ha dejado una rica herencia espiritual para saberse dar a la gente. Una forma concreta para responder a las situaciones de su tiempo fue el servicio de la Palabra, de todas las formas posibles. Yo, después de varios años de formación misionera, creo que ser claretiano es ser una persona entregada a través de pequeños gestos e iniciativas que puedan generar vida en el basto territorio que como Provincia misionera tenemos. Soy consciente de que hay ahora muchas formas de anunciar y testimoniar la Palabra de Dios. Nuestra realidad nos invita a ir buscando otras formas que puedan impregnar de ese gran deseo de Jesús: “Que todos tengan Vida” (Jn 10,10). Para que ese deseo se pueda concretar en las comunidades donde estamos, hay que saber estar y así poder dar una mejor respuesta a los signos los tiempos que se nos presentan.

Mauricio Borge Porras, cmf.

Es un don y una tarea continua de ser Testigo del Reino y manifestarlo con actitudes concretas de alegría y cercanía Recuerdo que un día, estando en la formación inicial, le dije a un Padre que mi gran anhelo como misionero era “hacerme pueblo” con la gente donde fuera enviado. Él me dijo que eso era muy difícil. En ese momento no comprendí porqué eso era difícil. Hoy creo que desde la realidad que vivimos en Centroamérica ese es el gran aporte misionero que puedo dar. Sigo manteniendo ese anhelo de “hacerme pueblo”, de llegar a sentir con la gente, de sentirme parte de ellos, no un extranjero. De ir aprendiendo mutuamente: ellos de mí, yo de ellos, ser uno más, dejarme evangelizar. “Hacerme pueblo” es humanizarme para poder humanizar, es confiar, es creer. Desde mi fe y mi compromiso como misionero, “hacerme pueblo” implica también un compromiso por anunciar esperanza, por defender lo que se quiere. En ese sentido, Claret para mí es ejemplo de pasión, de fuego, de amor a Dios y a su pueblo.


Luís Alonso Díaz García, cmf.

Para mi ser Misionero Claretiano hoy significa ser un compañero de camino, un mensajero de esperanza interpelado por la realidad de nuestros pueblos. Llamado a la propia conversión, a provocar un cambio, a no acomodarme, a ser un signo y a ser generoso.


NACIDO PARA EVANGELIZAR


Por Edgardo Alfredo Guzmán Midence, cmf

El próximo 21 de Octubre iniciamos oficialmente la celebración del Bicentenario del nacimiento del Padre Claret. Con mucha alegría nos unimos a esta fiesta, la cual queremos compartir con todos ustedes amigos/as hermanos/as.

El Padre General, con motivo de esta celebración, ha escrito una carta circular que ha titulado “Del recuerdo al compromiso”. Este el sentido que se le quiere dar a esta celebración congregacional: queremos volver a la figura de Claret para redescubrir en él aquellos núcleos centrales que le dieron un sentido pleno a su vida y comprometernos en la actualización de su carisma.

Recordamos, es decir, volvemos a poner en el corazón, para que se encienda de nuevo en nosotros la llama del Espíritu que animaba a nuestro fundador. Somos continuadores de una herencia joven y rica, misionera e itinerante, martirial y profética que comenzó en Claret y que se perpetua en todos los que tenemos el don y la tarea de ser claretianos.

No nos podemos quedar en el mero recuerdo, en el pasado. Recordamos viendo nuestro presente y proyectándonos para el futuro. Volvemos a Claret, a su entorno, a su contexto, a su nacimiento, a su historia, para descubrir la novedad de sus gestos y actitudes. Volvemos a su historia porque es una historia de salvación, y queremos ver qué fue lo que lo movió, qué fue lo que lo apasionó, qué es lo que le dio sentido y razón de ser a su vida misionera. Sin duda que en él encontraremos una profunda experiencia de Dios, un paso de Dios. Dicha experiencia nos ha transmitido en la autobiografía, de la que destaco la alegoría de la Fragua. En ella que se resume y se articula nuestra espiritualidad.

Heredamos una espiritualidad esencialmente misionera cuyos núcleos innegociables son: la Palabra de Dios, la Eucaristía, el Corazón de María, el Espíritu, el seguimiento del Jesús itinerante, la misión profética. Esto que fue tan central en Claret lo tiene que seguir siendo en nosotros si queremos ser fieles a la herencia que hemos recibido. En eso consiste nuestro compromiso.

Tenemos el reto de ir actualizando el carisma en las realidades concretas que nos tocan vivir hoy con fidelidad creativa. En medio de la realidad que vive nuestra gente. Una realidad marcada por la injustita, la pobreza, la muerte, la exclusión. Es esta realidad la que nos plantea serios retos y desafíos. Y donde nuestra presencia se convierte en signo profético, de vida, de esperanza, de inclusión, de humanización.

En este marco conmemorativo tenemos la oportunidad de ser testigos de la Profesión Perpetua de Freddy Ramírez, hermano muy querido en nuestra comunidad; lo acompañamos en este paso decisivo en su vida, la que quiere entregar por completo al servicio del evangelio.

Al igual que Claret, nos toca dejarnos moldear en la Fragua del Corazón de María, para que en el yunque de nuestra propia realidad y la de nuestros pueblos, nos dejemos formar por la Palabra del Dios de la vida, para ser lanzados con la fuerza del Espíritu a vivir y testimoniar con alegría la Buena Nueva del Reino, al estilo de Claret nacido para evangelizar.


LA PALABRA DE ROMERO


“Hoy he vuelto a mis orígenes… Al cenar con ustedes, he recordado el seminario menor que hice con los queridos padres claretianos. Y en este lugar hice mi primera misa en 1945. Gracias y bendición” (Diario de Romero, 3 de mayo de 1979, autógrafo que dejó en el libro de visitas cuando fue a la Casa Generalicia de los Misioneros Claretianos, en Roma).


MISIONERO CLARET


Misionero, Claret, ¿Eres tú, que nos llamas? Vuelve
siempre a enseñarnos a gritar, a gritar, a gritar,
a gritar la Palabra, a gritar la Palabra.


Nos hiciste un día tus amigos,
y seguimos tu voz de Pastor bueno.
Otra vez nos convidas a seguirte
de la cuna a la muerte misionero.
Anunciamos al aire de tu vuelo,
caminamos a zaga de tu huella;
de tu mano sembramos la Palabra,
al tenerte por luz, Padre y Profeta.


Y tu Espíritu va por todo el mundo:
ha ungido el Espíritu tus labios;
tu familia de sangre misionera
la palabra dirá siempre a tu lado.
Nos encanta la herencia claretiana,
es honra jubilar, tiempo de vida;
Claret, no callarán tantos profetas,
seguidores de ti y de María.

¿Y por qué tú abrasas cuando pasas?
¿Y por qué te haces pobre y andariego?
Es la gloria de Dios la que te quema
y partir a los pobres tu evangelio.
A tus hijos, Claret, danos tu fuego.
Que nos queme tu sueño de tal suerte,
que anunciar y contar sólo queramos
y servir la Palabra hasta la muerte.