El Evangelio de este domingo, nos
propone la parábola de los viñadores homicidas y está en continuidad con los
textos del Evangelio de Mateo, que, muestran las polémicas de Jesús con los
dirigentes judíos antes de la pasión, viniendo a poner el punto final de una
polémica que comenzó en Galilea.
En
la redacción y sentido de esta parábola, juega un papel importante que
identifica claramente a los viñadores con los jefes del pueblo. El "nosotros"
del versículo 43, indica que los dirigentes religiosos del judaísmo, rechazando
a Jesús, han perdido su última oportunidad de dar a Dios lo que correspondía y,
de esa forma, han arrastrado a todo el pueblo en su infidelidad.
Esta
parábola con sus transformaciones en la comunidad cristiana, después de la
pasión de Jesús, es una puerta abierta siempre a la conversión, a la esperanza.
Los
hombres que en tiempos de Jesús aguardaban, entonces, que se diera en su
generación la irrupción de un mundo nuevo e inaudito, se percataron de que
aquella parábola iba por ellos y no quisieron aceptar que el tiempo nuevo había
llegado con aquél profeta que hablaba de aquella manera.
Quien
entiende que esta parábola nos introduce en un mundo donde sólo hay vida cuando
no se vive a costa de otras vidas, habrá dado con esa puerta abierta a la
esperanza, a la fraternidad, a la paz y a la justicia.
Sabemos
que la realidad última, para la fe cristiana, es Dios mismo, pero como Dios
Padre de todos los hombres. Era el Padre de Jesús, el profeta de Nazaret, y ese
Dios, cuando se asesina a cualquier hombre, siente en sus entrañas lo que
sintió con la muerte de Jesús.
Pero,
no podemos evitar sacar conclusiones muy significativas para ahora y para todos
los tiempos. La religión que mata o permite guerras en nombre de Dios, no es
exactamente "religión", religación a Dios. Por eso, esta es una
parábola que debe leerse clara y contundentemente contra los fundamentalismos
religiosos que amenazan tan frecuentemente a nuestros pueblos y a nuestra cultura.
Y
si piensas que Jesús fue eliminado, ¡no fue así!, los dirigentes que daban
gloria a su Dios, se encontraron con que esa muerte les cambiaría la vida a su
manera, en nuestro caso se ha convertido en la "piedra angular" de
una religión nueva que se basa en el amor y la paz.
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