Desde un día antes de la solemnidad, los nuevos profesos llenos de alegría por el paso que darían, fueron a practicar a la parroquia Corazón de María, la fórmula de la profesión y los pasos a seguir en la liturgia eucarística al día siguiente.
Los padres claretianos de la Iglesia Corazón de María de Escalón se mostraron cercanos al brindar el espacio de la parroquia y seguido el almuerzo con todos los invitados en la escuela. Guardando la mayor distancia posible, pudimos celebrar y compartir con todos los invitados la alegría de la consagración de los nuevos profesos de la Congregación. Dieron su sí de pobreza, obediencia y castidad para siempre en un tiempo difícil de pandemia y extrema pobreza; ¡grandes retos asumirán nuestros cinco hermanos cuando sean destinados a la misión permanente!, por eso seguimos orando por las vocaciones para que todo esto sea fruto de nuevas vidas enamoradas de las almas y la mayor gloria de Dios. Sin duda alguna, fue una profesión fuera de lo normal, rica de emotivas vivencias y de encuentro extraordinario con los demás.
Por: E. Fabio A. Rivas G., cmf; San Salvador, 24 de octubre de 2020.