23 mayo, 2010

IMPULSADOS POR EL ESPIRITU DEL RESUCITADO




¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? ¡No está aquí, ha resucitado!

Preguntan y se responden los ángeles vestidos de blanco junto al sepulcro. Hablan de Jesús resucitado a las mujeres que buscan y no encuentran el cuerpo de aquel hombre que pasó haciendo el bien y que por amar hasta el extremo a los preferidos de Dios, lo juzgaron, lo coronaron, lo azotaron, le cargaron una cruz, lo clavaron en ella, lo crucificaron y al atardecer, murió dando un fuerte grito.

Después de tener Cuarenta días de preparación, la Semana Mayor nos ha ayudado a vivir con alegría y esperanza el misterio y la fuerza de nuestra fe cristiana. Vivir muy de cerca y celebrar la entrega en cruz del Hijo de Dios, Jesús, nuestro hermano, y esperar en vela su Resurrección, nos ha permitido comprobar que la muerte no tiene la última palabra; que Dios no dejó en el sepulcro a su querido hijo, sino que le dio la razón a todo lo que él dijo e hizo.

El gran domingo de resurrección abre el tiempo de Pascua. Anuncia que Dios Padre ha resucitado a Cristo, nuestro Señor. Este mismo anuncio de la resurrección es encomendado a las mujeres para que lo comuniquen a los apóstoles que desanimados y decepcionados han regresado a sus casas.

Para nosotros hoy, hombres y mujeres nacidos en la Pascua, se nos abren cinco caminos para ser personas nuevas: 1. Debemos estar alegres porque Jesús ha resucitado; hemos de tener esperanza porque la vida ha vencido a la muerte; que los crucificados en nuestra historia y nuestro mundo serán liberados por Dios.

2. Debemos vivir en comunidad. A Jesús lo reconocemos y lo experimentamos vivo cuando nos reunimos en comunión. Debemos vivir la unidad en caridad, para dar testimonio a un mundo dividido y sin solidaridad.

3. Hemos de tener esperanza en que Jesús nunca nos deja solos porque envía su Santo Espíritu para orientar a la Iglesia aunque haya signos de muerte.

4. Debemos ponernos en camino después del encuentro con Jesús resucitado. Esta experiencia es envío misionero. Debemos contar y compartir con otros y otras para que participen del gozo del que sigue vivo.

5. Hemos de comprometernos a hacer vida el Evangelio del Reino de Dios. Comprometidos a edificar nuestra comunidad y a mejorar nuestra sociedad según la voluntad y el amor de Dios.

EXPERIENCIAS DE SEMANA SANTA


Jucuarán, Usulután

Durante la Semana Santa estuve de experiencia de misión en las comunidades de El Carrizal, Guatera y Agua Fría, municipio de Jucuarán, en el departamento de Usulután.

En medio de la pobreza en que viven estas comunidades, es interesante la muestra de fe y su lucha por sobrevivir en el día a día. El gobierno –de años anteriores- se ha olvidado de estas comunidades campesinas. Son las familias mismas que tienen que ingeniárselas para sacar adelante sus cultivos.

Los jóvenes no tienen otra opción más que trabajar a tempranas edades, ya que no existen oportunidades de estudiar (sólo hay una escuela que tiene hasta sexto grado), en otros casos para algunos de estos jóvenes las dos opciones más viables son juntarse con una pareja o irse para Estados Unidos.

Ahora bien, muchos hogares tienen familiares en el país antes mencionado, y algunos de ellos sirven de apoyo para sobrevivencia diaria. Vale recordar que la fe expresada durante la Semana Santa es un signo de vida en estas comunidades.
Rigoberto, M. Claretiano

El Botoncillo, Usulután
Compartí la experiencia de Semana Santa en el departamento de Usulután, en la comunidad de Puerto Parada, Cantón El Botoncillo 2, en el que viven unas 72 familias. Su población es relativamente joven. Muy cerca de ella están los manglares, donde van a sacar punches y curiles y donde también van a pescar… Muchos se dedican a la agricultura, pero los más de ellos a la ganadería. Casi todas las familias tienen ganado… y sin faltar, familiares que les mandan sus remesas.
A esta comunidad me acompañaron 3 personas: dos jóvenes laicos, Víctor y Jesús, y el Jueves Santo se nos unió la Hermana Sujey, de la congregación del Ángel de la Guarda. Durante toda la Semana realizamos varias actividades: visiteo de casas y, especialmente donde había enfermos; presentamos el vía crucis dramatizado con los jóvenes de la comunidad.
Todos los días realizamos celebraciones de la Palabra. Podemos decir que compartir con la gente de este lugar nos ha dejado satisfechos y animados para reintegrarnos a nuestros trabajos pastorales, académicos y sociales.
José V., M. Claretiano
Tepeagua, Chalatenango
Estuve compartiendo la Semana Santa en la comunidad Tepeagua, del municipio de Nueva Concepción, Chalatenango. Está ubicada al sur, a 12 kilómetros de la parroquia, Inmaculada Concepción.

Fue una experiencia enriquecedora para vivir y compartir la fe, para ser hombres y mujeres nuevos, resucitados. La comunidad que me abrió sus puertas, tiene unas cien familias. Muchas de ellas viven del cultivo del campo, sembrando maíz, frijoles, caña de azúcar y tienen otros medios para sobrevivir. Algunos de sus miembros han buscado un mejor futuro emigrando a Estados Unidos y a otros lugares.

La semana fue muy intensa. Hubo retiros para niños, jóvenes y adultos. Se veía la alegría y la fe de estos hermanos y hermanas católicos. Junto a Francisco y Miguel, laicos combonianos, recorrimos casi toda la comunidad: visitamos a los enfermitos llevándoles la comunión; compartimos con niños, jóvenes y adultos, distintos temas que invitaban a una conversión de mente, corazón y vida.

Agradezco a las muchachas que tienen en sus manos la comunidad católica, madres y padres de familias, jóvenes y niños que se dispusieron a vivir la Semana Santa y, sobre todo, a ser mejores hombres y mujeres, reflejo de Jesús Resucitado. Sigan adelante, haciendo de su comunidad, Chalate y del país, un lugar de vida en plenitud.
Oscar A., M. claretiano

San Isidro, Chalatenango
Mi experiencia de misión en Semana Santa la realicé en Chalatenango, en un municipio llamado San Isidro Labrador, de la parroquia San Antonio Los Ranchos.

San Isidro Labrador es una comunidad con cicatrices del conflicto armado de los años ochenta. En ese tiempo la guerra, la persecución y las masacres obligaron a los habitantes a huir del lugar; si no se iban, morían. Hoy, San Isidro es una de las llamadas “comunidades repobladas”.

De las familias que vivieron allí hace más de tres décadas sólo han podido regresar muy pocas y son éstas las que tienen en su sangre y en su mente la historia de lo que pasó. Las otras han llegado de los diferentes departamentos y pueblos de El Salvador. Con esta comunidad compartí mi fe y ella conmigo; una fe siempre viva, combativa, abierta a un futuro esperanzador.


Carlos M., M. Claretiano.

San José El Carao, Chalatenango
Al recordar las vivencias del tiempo pascual, nos parece muy importante tener ante nuestra mirada las reacciones de quienes vivieron aquel acontecimiento como primeros testigos de la resurrección de un matado, el Jesús que había sido asesinado en una cruz de una forma bastante brutal. Los evangelios nos ayudan a situarnos en estas escenas pasando lentamente por nuestras comunidades de acción pastoral.

Pero más que recordar aquellas primeras impresiones de los seguidores de Jesús de aquella época, sería bueno recordar las de quienes nos llamamos cristianos en este momento histórico, aquí con esta realidad que vivimos, muchas veces marcada por más signos de muerte que de vida.

Con todo, nuestra gente sabe descubrir la pascua, sabe encontrar la resurrección, sabe ir más allá del misterio, y creo que muy bien sabe “volver a Galilea”. Sin duda alguna la jornada pascual, marca un tiempo nuevo que bien podemos aprovechar para dinamizar nuestra vida cristiana y sacudirnos la mediocridad que poco a poco nos envuelve. Es un buen tiempo para compartir y anunciar la gran noticia de Jesucristo resucitando en situaciones concretas de nuestras vidas Abel Carbajal, M. Claretiano

Apaneca, Ahuachapán
Mi experiencia de misión en este tiempo de semana Santa fue muy distinta a la de otros años. En esta ocasión tuve la oportunidad de tener una experiencia desde la religiosidad popular del pueblo de Apaneca. Municipio perteneciente al departamento de Ahuachapán.

Destaco de esta experiencia la gran riqueza en fe, entrega y religiosidad del pueblo salvadoreño, y sobre todo su profundo sentido comunitario que durante esta fiesta hacen que converjan, religión, compromiso cristiano, identidad y cultura.
Alvin B., Cmf

Jujutla, Ahuachapán
Cada experiencia vivida en la misión está coloreada por los lugares, los rostros, los nombres, las historias… que van dando una tonalidad siempre única y original, que dibujan un paisaje irrepetible y que nos muestra horizontes siempre nuevos.

Estas experiencias también están tejidas por los sentimientos, la fe y la esperanza de las comunidades donde se nos envía.

La semana santa de este año la viví en el más occidental de los departamentos de El Salvador: Ahuachapán, en el cantón Las Mesas perteneciente al municipio de Jujutla. Más que llevar, enseñar, hacer, estuve compartiendo, escuchando, celebrando, descubriendo el potencial evangelizador que tienen los pobres y dejándome dar por ellos la alegre noticia de que Jesús ha Resucitado.
Edgardo G., M. Claretiano


PALABRAS DE DON PEDRO CASALDÁLIGA

“…descubrí por fin que el planeta es nuestra única casa. Y no hay modo de salvarnos nosotros si no salvamos el planeta. Mejor aún: es bueno recordar que podemos desaparecer completamente los hombres y el planeta seguirá. Hasta por egoísmo, diríamos, ahora nosotros sólo nos salvamos si es con el planeta”



HISTORIAS PARA UNA HISTORIA
Mi nombre es Víctor Manuel Rodríguez. Nací un 22 de marzo de 1966 en el hospital san Rafael de la ciudad de Santa Tecla. Estoy casado y tengo dos hijos.

Trabajo como lustrador en el parque San Martín de Santa Tecla. Vengo a las ocho de la mañana y termino a las seis de la tarde, pero cuando la situación esta mala y no hay clientes me voy más temprano.

La situación económica me obligó a dedicarme a lustrar zapatos y tengo ocho años de ser lustrador. Antes trabajaba con el FOVIAL pero me quedé sin trabajo, y después de andar en muchos lugares me animé a venir al parque a lustrar.

Pienso que la vida de un lustrador algunas veces es alegre, otras veces es triste; hay días que me va bien y saco para la comida y demás gastos de mi familia, pero cuando no hay nada, ni modo, ¡que le vamos hacer!, En este trabajo, hay que armarse de mucha paciencia porque aquí lo que se tiene que hacer es esperar a los clientes, pero a medida que uno está aquí trabajando va teniendo clientela fija.

Me describo como una persona luchadora y sencilla, aunque mi vida también ha sido dura, pero le he hecho frente a la vida. Uno, aquí, lustrando zapatos de todas las marcas, va conociendo mucha gente, gente que me sacan plática y te cuentan sus cosas y otras veces comentan alguna noticia del periódico y, otros llegan, piden que les lustren los zapatos, y ni gracias dicen.

Me gustaría que hubiera mucha gente que tuviera la facilidad de generar trabajo y sobre todo un trabajo donde uno pudiera ganar lo suficiente para poder vivir con dignidad. A toda la gente en general yo le diría que se preocupara por la presentación personal, bien arreglados y sobre todo limpios y bien lustrados.


Reclamos

¿Por qué tanta miseria?
Me pregunto al ver bosques
Inmensos y tierra fecunda,
No encuentro respuesta
Y me quedo a la espera
En la penumbra.

Y como si el viento hablara,
Escucho reclamos de cuna y asilo:
En los pies descalzos de mujeres
Con heridas del camino.
En la mirada perdida de niños
Oliendo a pobreza,
Condenados al olvido.
En la tímida sonrisa de jóvenes
Con sueños prohibidos.

Encanto y desengaño,
Esperanza y reclamo,
Produce este encuentro
De utopía y realidad,
De escritorio y selva.
De libros mil veces leídos,
Sin ser entendidos,
En los rostros de esta gente,
En el llanto de estos niños.

Tan fuera de los proyectos
de gobierno.
Tan dentro de este Dios,
Con Getsemaní eterno.
Con calvario en avanzada,
Esperando resucitar,
Resucitando en soledad.
Sin Magdalena que lo anuncie,
Sin caminos ni noticias,
Sin cenas de Emaús.

Abel Carbajal, cmf















































































































































































































































































































2 comentarios:

  1. hola estudiantes de el salvador... os invito a reunir en el grupo de los formados cmf de todo el mundo en el facebook. si alguno de vosotros teneis cuenta de facebook, solamente hay que buscar Formandos CMF / Claretian Formands o añademe johnlcmf@yahoo.com

    saludos a todos!

    Luis

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  2. He leido con gran alegría el boletín. Mucho tiempo tratando de tener noticias frescas de la Congregación. Soy un ex... que sigue viviendo como... recordando con mucho afecto a quienes fueron mis formadores entre ellos Vicente Gil. Aprovecho para PEDIR PERDON a la Congregación que tanto me dió y a la que no supe corresponder. Feliz Navidad. Cayetano sánchez.

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