22 octubre, 2007

VOTOS PERPETUOS DE FREDDY RAMÍREZ

Procesión de entrada, con representantes de las comunidades

El Grupo Karao animó la Eucaristía

Inicio del Rito de Profesión

Freddy postrado durante las letanías de los Santos


Freddy emite sus votos ante el P. Rodolfo Morales, cmf.

Oración consagratoria

Entrega de la Cruz Misionera

Procesión de ofrendas

Fiesta en la casa de los Misioneros
Compañeros de la UCA presentes
Familiares y amigos/as


Don Juan de Dios Galán declamando sus poemas
Don Arnoldo Cortéz amenizando la fiesta con su voz


Abel con sus canciones latinoamericanas


LO QUE LAS CÁMARAS NO CAPTARON

Por Abel Carvajal, cmf.

Las siguientes líneas quieren recoger la celebración de los Votos Perpetuos de nuestro compañero Freddy Ramírez, que el día 20 de Octubre, en las vísperas tempranas del II Centenario del nacimiento de San Antonio María Claret, ha dado el sí radical y perenne en la entrega misionera al estilo de Claret.

“Ser sal y luz del mundo” ha sido la consigna que lo ha acompañado a lo largo de su proceso formativo iniciado en Managua hace 9 años. Era la hora del momento cumbre para el cual se ha venido preparando lenta y arduamente. El lugar de encuentro era el Templo Parroquial de Armenia, Sonsonate a las 2:00 pm. De antemano se había organizado todo, de manera que la celebración transcurriera en un ambiente de familiaridad. Hacia el medio día empezaron a llegar las primeras delegaciones de invitados y como siempre los primeros fueron los de más lejos. Desde el Oriente del país llegaron campesinos de las comunidades de la Parroquia de Jucuarán, Usulután, para compartir este momento de alegría con los Misioneros Claretianos y de manera especial con Freddy que les ha acompañado en su formación cristiana.

Minutos más tarde llegó junto al P. Jeremías, nuestro Superior Provincial, Rodolfo Morales, quien le tomaría los votos a nuestro hermano. Así se fue sumando una gran multitud hasta llenar la Iglesia Parroquial. Llegaron de todas las comunidades que acompañamos a lo largo y ancho del país, de oriente a occidente: Jucuarán y sus Cantones; Las Gradillas (un Cantón de Santa Tecla), Chilata de la Parroquia de San Julián; algunas comunidades de Armenia: Buena Vista, La Fraternidad y Las Brisas; no pudieron faltar también nuestros compañeros de la UCA.

Todo estaba listo para iniciar, el Grupo Karao con sus voces e instrumentos a tono para arrancar con el canto de entrada. Los integrantes de la procesión de entrada, laicos y clérigos, Claretianos y Diocesanos se fueron acercando al altar al ritmo del canto “Iglesia peregrina”. El presidente es nuestro Superior Provincial, concelebran los PP. Claretianos: Ismael Montero, Mauricio Borge y Juan Carlos; los dos primeros son Prefectos de Apostolado y Formación respectivamente. Acompañan también los PP. Francisco Serafín y Abel Castaneda de las Parroquias de Jucuarán y San Julián.

La celebración estuvo súper animada con los signos que dieron vida…desde un Cristo en pedazos hasta candiles que se fueron encendiendo a lo largo de la proclamación del evangelio (Lc 4,16-22) Posteriormente el candidato se puso en pie y el Superior lo llamó por su nombre; Freddy responde con firmeza “aquí estoy” y luego pide a Dios la gracia de consagrarse perpetuamente en la Congregación Claretiana para el servicio de los más excluidos de la sociedad.

Posteriormente vino la homilía cargada de recuerdos y referencias a nuestro carisma que sin duda será el pozo donde Freddy beberá para alimentar su espiritualidad. Con esto llegó también el momento de invocar a los Santos y Santas, y mientras la comunidad se hincaba devotamente, Freddy se postraba al pie del altar teniendo detrás a todo un pueblo que lo bautizará y delante a un Dios que lo levantará en los días sin luz. Con este gesto funde sus mayores anhelos deseando ardientemente vivir sus votos ante Dios y ante el pueblo. Así llegó la hora cero, la hora de pronunciar de manos del Superior la fórmula de profesión. Él se miraba firme y convencido del compromiso vitalicio que estaba adquiriendo.

Al final de la misa llegaron los abrazos y la invitación fraterna a todos los asistentes a compartir una comidita en nuestra casa. Karao trasladó sus instrumentos y con el entusiasmo que les caracteriza empezaron su concierto con “El sombrero azul”. Cantó también Don Arnoldo Cortéz; Don Juan de Dios Galán nos deleitó, por su parte, con sus poemas. Y, aunque el cielo estaba nublado y caía un poco de lluvia la gente no paró de celebrar. Al final hubo comida y horchata para todos.Así trascurrió la fiesta.

Que el espíritu que animó a nuestro Fundador anime a Freddy en esta nueva etapa de su vida. Que sus frutos sean abundantes y que la entrega sea con un claro objetivo, el de Claret: “…que Dios sea conocido, amado, alabado y servido por todas las criaturas”.

14 octubre, 2007

BOLETÍN 11

Carlos Jesús Chávez Morales, cmf

Edgardo Alfredo Guzmán Midence, cmf

Marco Antonio Rangel Guerrero, cmf

José Abel Carbajal Calles, cmf
Freddy Gerardo Ramírez Bolaños, cmf

David Hernández, cmf

Mauricio Borge, cmf

Luís Alonso Díaz García, cmf

SER CLARETIANO HOY


Queridos hermanas y hermanos, los Misioneros Claretianos estamos de fiesta. Estamos próximos a celebrar el día de nuestro Fundador, San Antonio María Claret, el 24 de Octubre. Compartimos con ustedes la alegría y el reto de ser cristianos comprometidos en la causa del Reino de Dios, como lo hicieron Claret y tantos hombres y mujeres de Dios en la historia del cristianismo. Este Boletín ha recogido los pensamientos de los hermanos de comunidad del Teologado Claretiano en Armenia, frutos de un retiro que tuvimos el pasado viernes 5 de Octubre; el tema gira en torno a qué significa ser claretianos desde la experiencia personal. Muchas gracias, como siempre, por su apoyo incondicional a este medio de comunicación.

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Carlos Jesús Chávez Morales, cmf

Centroamérica parece ser un solo país. Tenemos una misma lengua, algunas comidas y costumbres. En el fondo somos países distintos con profundas divisiones políticas y sociales; algunos países han sido marcados por la guerra, la muerte y la violencia. Existe un hilo conductor: el desempleo, la miseria, el hambre, en fin, la pobreza. Sin embargo, en esta visión que parece tan negativa encontramos esperanza. Este es el reto que encuentro como Misionero Claretiano en Centroamérica: ser portador de buenas noticias si quiero ser coherente con el Evangelio de Jesús. Eso mismo haría Claret y más.

Edgardo Alfredo Guzmán Midence, cmf

Ser claretiano es vivir todas las dimensiones de mi persona con el Espíritu que animaba a Jesús misionero itinerante del Reino, con el que Claret se sintió identificado. Y hacer de la oración y del estudio, de la escucha y el servicio, de Palabra y de la misión, de la oblatividad y la entrega, de la profecía y el compromiso, los dinamismos que me ayuden a potenciar una vida misionera con calidad, autenticidad y coherencia. Para que a nuestro servicio misionero de la Palabra tenga siempre la opción por la vida, la justicia, la cercanía, la ternura, la creatividad, el entusiasmo y la alegría.

Marco Antonio Rangel Guerrero, cmf.

Para mí ser Misionero Claretiano hoy en Centroamérica es ponerse del lado de las víctimas y en su mundo, no sólo para desearle éxitos sino para acompañarlos, corriendo su misma suerte por la salvación-liberación-victoria o la muerte, pero muerte con dignidad propia de seres humanos.

Abel Carbajal, cmf.

Ser auténticamente claretiano hoy me evoca pensar en la figura de nuestro fundador y ver, sobre todo, algunos episodios concretos de su vida en su afán porque la gloria de Dios llegara a todos. Quiero fijarme en su proyecto apostólico: él soñó con una nueva evangelización en su tiempo; para eso tenía claro que se debía partir de un análisis de la realidad y del diálogo con la cultura. Luego empezar este plan con acciones de choque, preparación de agentes de pastoral laicos y dar continuidad a los procesos. Ser claretiano hoy, según creo, es partir del primado de la realidad, conocer a fondo los desafíos de este nueva sociedad, soñar y concretizar los planes operativos que puedan responder a ella desde el carisma para el que fuimos fundados en la Iglesia. Es ante todo dejarnos tocar por la realidad en el contacto directo con los “malditos” de la sociedad y tratar de ser buena noticia para nuestros “próximos”.

Freddy Gerardo Ramírez Bolaños, cmf

Ser Claretiano en Centroamérica es vivir la vocación misionera en medio de los pobres, compartiendo sus luchas, estando atentos a los signos de vida y de muerte que experimentamos para encontrar juntos la voluntad de Dios en nuestra historia. Es ser hombres de la Palabra Viva, servidores de la Palabra profética del Reino, ofreciéndola a todas las personas por todos los medios posibles. Es ser esperanza para los que sufren, denuncia contra la injusticia, alternativa ante los caminos cerrados, corazón y ternura ante este mundo egoísta y frío, profecía en la vida de cada día. Es hacer posible el sueño de Jesús y de Claret en nuestra propia realidad humana.

David Hernández Lorenzo, cmf.

Como discípulo de Jesús, Claret nos ha dejado una rica herencia espiritual para saberse dar a la gente. Una forma concreta para responder a las situaciones de su tiempo fue el servicio de la Palabra, de todas las formas posibles. Yo, después de varios años de formación misionera, creo que ser claretiano es ser una persona entregada a través de pequeños gestos e iniciativas que puedan generar vida en el basto territorio que como Provincia misionera tenemos. Soy consciente de que hay ahora muchas formas de anunciar y testimoniar la Palabra de Dios. Nuestra realidad nos invita a ir buscando otras formas que puedan impregnar de ese gran deseo de Jesús: “Que todos tengan Vida” (Jn 10,10). Para que ese deseo se pueda concretar en las comunidades donde estamos, hay que saber estar y así poder dar una mejor respuesta a los signos los tiempos que se nos presentan.

Mauricio Borge Porras, cmf.

Es un don y una tarea continua de ser Testigo del Reino y manifestarlo con actitudes concretas de alegría y cercanía Recuerdo que un día, estando en la formación inicial, le dije a un Padre que mi gran anhelo como misionero era “hacerme pueblo” con la gente donde fuera enviado. Él me dijo que eso era muy difícil. En ese momento no comprendí porqué eso era difícil. Hoy creo que desde la realidad que vivimos en Centroamérica ese es el gran aporte misionero que puedo dar. Sigo manteniendo ese anhelo de “hacerme pueblo”, de llegar a sentir con la gente, de sentirme parte de ellos, no un extranjero. De ir aprendiendo mutuamente: ellos de mí, yo de ellos, ser uno más, dejarme evangelizar. “Hacerme pueblo” es humanizarme para poder humanizar, es confiar, es creer. Desde mi fe y mi compromiso como misionero, “hacerme pueblo” implica también un compromiso por anunciar esperanza, por defender lo que se quiere. En ese sentido, Claret para mí es ejemplo de pasión, de fuego, de amor a Dios y a su pueblo.


Luís Alonso Díaz García, cmf.

Para mi ser Misionero Claretiano hoy significa ser un compañero de camino, un mensajero de esperanza interpelado por la realidad de nuestros pueblos. Llamado a la propia conversión, a provocar un cambio, a no acomodarme, a ser un signo y a ser generoso.


NACIDO PARA EVANGELIZAR


Por Edgardo Alfredo Guzmán Midence, cmf

El próximo 21 de Octubre iniciamos oficialmente la celebración del Bicentenario del nacimiento del Padre Claret. Con mucha alegría nos unimos a esta fiesta, la cual queremos compartir con todos ustedes amigos/as hermanos/as.

El Padre General, con motivo de esta celebración, ha escrito una carta circular que ha titulado “Del recuerdo al compromiso”. Este el sentido que se le quiere dar a esta celebración congregacional: queremos volver a la figura de Claret para redescubrir en él aquellos núcleos centrales que le dieron un sentido pleno a su vida y comprometernos en la actualización de su carisma.

Recordamos, es decir, volvemos a poner en el corazón, para que se encienda de nuevo en nosotros la llama del Espíritu que animaba a nuestro fundador. Somos continuadores de una herencia joven y rica, misionera e itinerante, martirial y profética que comenzó en Claret y que se perpetua en todos los que tenemos el don y la tarea de ser claretianos.

No nos podemos quedar en el mero recuerdo, en el pasado. Recordamos viendo nuestro presente y proyectándonos para el futuro. Volvemos a Claret, a su entorno, a su contexto, a su nacimiento, a su historia, para descubrir la novedad de sus gestos y actitudes. Volvemos a su historia porque es una historia de salvación, y queremos ver qué fue lo que lo movió, qué fue lo que lo apasionó, qué es lo que le dio sentido y razón de ser a su vida misionera. Sin duda que en él encontraremos una profunda experiencia de Dios, un paso de Dios. Dicha experiencia nos ha transmitido en la autobiografía, de la que destaco la alegoría de la Fragua. En ella que se resume y se articula nuestra espiritualidad.

Heredamos una espiritualidad esencialmente misionera cuyos núcleos innegociables son: la Palabra de Dios, la Eucaristía, el Corazón de María, el Espíritu, el seguimiento del Jesús itinerante, la misión profética. Esto que fue tan central en Claret lo tiene que seguir siendo en nosotros si queremos ser fieles a la herencia que hemos recibido. En eso consiste nuestro compromiso.

Tenemos el reto de ir actualizando el carisma en las realidades concretas que nos tocan vivir hoy con fidelidad creativa. En medio de la realidad que vive nuestra gente. Una realidad marcada por la injustita, la pobreza, la muerte, la exclusión. Es esta realidad la que nos plantea serios retos y desafíos. Y donde nuestra presencia se convierte en signo profético, de vida, de esperanza, de inclusión, de humanización.

En este marco conmemorativo tenemos la oportunidad de ser testigos de la Profesión Perpetua de Freddy Ramírez, hermano muy querido en nuestra comunidad; lo acompañamos en este paso decisivo en su vida, la que quiere entregar por completo al servicio del evangelio.

Al igual que Claret, nos toca dejarnos moldear en la Fragua del Corazón de María, para que en el yunque de nuestra propia realidad y la de nuestros pueblos, nos dejemos formar por la Palabra del Dios de la vida, para ser lanzados con la fuerza del Espíritu a vivir y testimoniar con alegría la Buena Nueva del Reino, al estilo de Claret nacido para evangelizar.


LA PALABRA DE ROMERO


“Hoy he vuelto a mis orígenes… Al cenar con ustedes, he recordado el seminario menor que hice con los queridos padres claretianos. Y en este lugar hice mi primera misa en 1945. Gracias y bendición” (Diario de Romero, 3 de mayo de 1979, autógrafo que dejó en el libro de visitas cuando fue a la Casa Generalicia de los Misioneros Claretianos, en Roma).


MISIONERO CLARET


Misionero, Claret, ¿Eres tú, que nos llamas? Vuelve
siempre a enseñarnos a gritar, a gritar, a gritar,
a gritar la Palabra, a gritar la Palabra.


Nos hiciste un día tus amigos,
y seguimos tu voz de Pastor bueno.
Otra vez nos convidas a seguirte
de la cuna a la muerte misionero.
Anunciamos al aire de tu vuelo,
caminamos a zaga de tu huella;
de tu mano sembramos la Palabra,
al tenerte por luz, Padre y Profeta.


Y tu Espíritu va por todo el mundo:
ha ungido el Espíritu tus labios;
tu familia de sangre misionera
la palabra dirá siempre a tu lado.
Nos encanta la herencia claretiana,
es honra jubilar, tiempo de vida;
Claret, no callarán tantos profetas,
seguidores de ti y de María.

¿Y por qué tú abrasas cuando pasas?
¿Y por qué te haces pobre y andariego?
Es la gloria de Dios la que te quema
y partir a los pobres tu evangelio.
A tus hijos, Claret, danos tu fuego.
Que nos queme tu sueño de tal suerte,
que anunciar y contar sólo queramos
y servir la Palabra hasta la muerte.

01 octubre, 2007

BOLETÍN 10

Padre Francisco Serafín, Parroquia San Sebastián, Usulután.
José Cruz Castro, Cantón de Puerto Caballo, Jucuarán.
Oscar Quintero, Cantón La Bocanita, Jucuarán.
Karen Castillo, Cantón de Puerto Caballo, Jucuarán.
Napoleón Sánchez, Cantón de Puerto Caballo, Jucuarán.
Teresa de Jesús Rodríguez, Cantón El Güiro, Jucuarán.
Taller de Concilio Vaticano II con Agentes de Pastoral en Jucuarán Usulután




LA MISIÓN NOS URGE

La Misión nos urge cuando vemos las realidades de injusticia que generan la pobreza que vive nuestra gente. Y nos urge para mantener encendida la esperanza contra toda esperanza. Este número del boletín lo dedicamos a reflexionar entorno a la Misión. Para ello hemos recogido varios testimonios en la Parroquia San Sebastián de Usulután; testimonios que nos cuentan lo que se vive en las comunidades campesinas de la zona oriental del país. Veremos como ellos/as responden desde su experiencia de fe, a las situaciones que viven. Con mucha alegría queremos compartirlas porque nos animan a seguir creyendo y nos impulsan a ser en todos lados testigos de la Buena Nueva del Reino.

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Padre Francisco Serafín, Parroquia San Sebastián, Usulután.
Nuestra gente pobre está pasando una crisis muy grave. Está pasando hambre; está pasando el problema de que los insumos agrícolas para ellos es prácticamente imposible conseguirlos. Se vuelve imposible sembrar, porque no se dan los cultivos que ellos quisieran llevar diariamente a sus casas. Y ahora, que se le han perdido sus cosechas, lo que ha hecho el gobierno es aumentar el precio de los granos, cuando ellos no tienen el dinero para comprarlos. Las palabras del profeta Amós son muy claras y denuncian esta realidad en la que tienen sumergido a nuestro pueblo. La Iglesia quizás ha olvidado el anuncio profético. Eso es lo que hay que hacer: el anuncio, pero también la denuncia. Yo me pregunto: ¿Cómo podemos hacer como Iglesia un trabajo organizativo? Como lo hizo nuestro profeta y mártir Oscar Arnulfo Romero con la gente, principalmente para que ellos sepan cuáles son sus derechos y deberes y para que los exijan a nuestros gobernantes”

José Cruz Castro, Cantón de Puerto Caballo, Jucuarán.
Yo creo que Jesús nos llamaría hipócritas, porque a veces como pobres estamos sufriendo los problemas, pero no queremos reconocerlos y, aunque los reconozcamos, no queremos actuar porque no queremos comprometernos. Yo como cristiano, a la luz de lo que reflexiono con la Palabra de Dios, lo que trato de hacer es convivir mejor con la gente de mi comunidad, tratar de hacer algo que sirva para la Comunidad. Como Iglesia es un reto muy grande comprometernos con los pobres. Como decía Mons. Romero, no se trata sólo de cambiar las estructuras, porque si el cambio no sale del corazón de uno, no se va a cambiar nada.

Oscar Quintero, Cantón La Bocanita, Jucuarán.
Los cristianos tenemos que ser sal y luz en medio del mundo. Esto no hay que entenderlo solo por encima, no se trata sólo de dar testimonio personal, sino que ese testimonio que debemos dar como cristianos nos tiene que llevar a la práctica, para no ser un cristiano solo del rezo o de la misa. Tenemos que transformar la realidad que vivimos, es decir, cuestionarnos qué tenemos que hacer ante tantas injusticias, ante tanta gente que vive sin pan, sin educación, sin salud. La Palabra de Dios nos tiene que llevar a transformar las tinieblas en luz, la muerte en vida, el llanto en alegría.


Karen Castillo, Cantón de Puerto Caballo, Jucuarán.
Jesús no estaría de acuerdo con lo que se vive en nuestro país, denunciaría todas las injusticias que se cometen, para que así algunas organizaciones escucharan el llamado del pueblo que está sediento de justicia. Como cristiana hablo de Dios de una manera positiva, de manera que se comprenda el mensaje que yo les doy. Les hablo de los temas sociales que están sucediendo en nuestra realidad, siempre acompañada de la Palabra de Dios.

Napoleón Sánchez, Cantón de Puerto Caballo, Jucuarán.
La situación de Puerto Caballo está bastante dura, porque la población acá no cuenta con recursos, principalmente cuando vienen los cultivos; ahora que estamos en la época de invierno la gente se pone a limpiar la tierra, pero no sabe que va hacer para comprar abonos, cómo va hacer para comprar la semilla, tantos venenos caros… La vida está bastante difícil aquí en Puerto Caballo y también en otros lugares nos cuentan la misma historia. Yo creo que a nivel nacional está la situación así. Las comunidades ven como se expresan nuestros gobernantes o partidos políticos por la tele y por la radio, diciendo que nuestro país está bastante desarrollado, está bastante adelantado; dicen que están apoyando a la agricultura, a los que no tienen empleo, pero ya en la práctica es otra realidad la que se ve. Tanto dinero que se gasta en las propagandas, dinero y dinero en las calles en pinturas. Como pobres no alcanzamos nada de eso.

Teresa de Jesús Rodríguez, Cantón El Güiro, Jucuarán.
Lo que tiene que hacer un verdadero cristiano es conocer a fondo a Jesús, para vivir ese verdadero cristianismo que nos hace profundamente humanos. Debemos conocer la verdadera realidad que él nos enseña y tenemos que ver los dos sentidos de la cruz: el vertical y el horizontal, a la luz de los sufrimientos que se viven en nuestro país. Ante esta realidad el cristiano tiene que manifestarse, luchar y seguir adelante; abriendo puertas conociendo a las personas. Dios no está de acuerdo con lo que pasa en el país. Dios quiere que todos vivamos dignamente.


DICHOSOS LOS QUE CREEN

Por Freddy Gerardo Ramírez Bolaños, cmf.

Estamos en el mes de las misiones y, para este año 2007, la Iglesia propone el lema: “Dichosos los que creen”. Creer en tiempos de incertidumbre, creer en medio de esta historia vuelta patas arriba, sin justicia, sin igualdad… ¡qué gran reto el del cristiano!.

La realidad que vive nuestro pueblo nos estremece. Nos cuestionamos seriamente cómo se repite la historia de dolor y opresión. Nos indigna ver los bienes de la creación en manos de unos pocos, mientras la mayoría no tiene si quiera un lugar dónde vivir y algo qué comer.

En el evangelio de Marcos Jesús comienza su anuncio del Reino de Dios con estas palabras “Conviértanse y crean en la buena noticia” (Mc 1,15). Su actividad misionera comienza en Galilea no con muchos discursos… sino con acciones esperanzadoras que despiertan la fe y la esperanza en el pueblo sencillo y pobre. Los milagros realizados por Jesús se constituyen en signos de la cercanía del Dios bueno, que no quiere la muerte, sino la vida digna de sus hijos desheredados y sometidos al sufrimiento.

La Iglesia, comunidad de los seguidores de Jesús, misionera por su propia naturaleza, tiene el encargo continuar la misión de anunciar el Evangelio a los pobres. Esta misión consiste en prolongar, en la historia y en la realidad, la misericordia y la justicia que proclamó Jesús; es decirle a este mundo, con la poderosa fuerza de la Palabra, que el orden vigente no es el querido por Dios. La misión nos lleva a despertar la sensibilidad y la fe en Jesús para cambiar este valle de lágrimas, en una tierra donde habite la justicia (2 P 3,13).

Como cristianos debemos discernir, a la luz de los signos de los tiempos, los nuevos caminos de la misión. Por Él podemos ser libres del pecado, de toda esclavitud y vivir en justicia y fraternidad. Y la tarea nos concierne a todos. Debemos creer y trabajar juntos por lograr nuestra propia liberación.

La realidad nos exige una decisión clara por Jesús y su Evangelio, coherencia entre la fe y la vida, encarnación de los valores del Reino, inserción en la comunidad y ser signo de contradicción y novedad en un mundo que promueve el consumismo y desfigura los valores que dignifican al ser humano. Y esta decisión nos empuja a despertar la profecía y el sueño del Reino, el mundo nuevo regido por la ley del amor solidario.

Como hemos leído en los testimonios, sólo es posible cambiar la realidad estructural desde el cambio del corazón. Es realmente cuestionante escuchar a los pobres que siguen teniendo fe en la posibilidad de la renovación social. Todos ellos/as nos hablan de que otro mundo es posible desde la propuesta del Evangelio. Dichosos los que creen en el Dios de la Vida, dichosos ellos que tienen su mirada fija en Jesús, autor y consumador de nuestra fe; hermano y amigo que compartió la pobreza y la muerte de las víctimas.

Que este Octubre 2007 nos aliente en la tarea de la misión. Sigamos empujando la historia con la fe y la esperanza. Solidaricémonos y busquemos para todos/as condiciones de vida justa. No nos conformemos con un evangelio sin cruz, pues de la cruz y de la negatividad de la historia nace el Reino.


CONOZCAMOS NUESTROS DERECHOS

UN NIVEL DE VIDA DIGNO

Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad. (Artículo 25 de la Declaración universal de los derechos humanos).


PENSAMIENTOS DE CLARET

"Demos testimonio de Jesús en nosotros mismos; demos testimonio de obra y de verdad, como dice san Juan, esto es, imitando a Jesús".


LA PALABRA DE ROMERO

“La Iglesia no puede ser sorda ni muda ante el clamor de millones de hombres que gritan liberación, oprimidos de mil esclavitudes” (Homilía 26 de marzo de 1978).


EN ESPÍRITU Y VERDAD

Yo me denuncio ante ustedes
por decir que hay que orar
y no buscar ni un instante
y dejar los días pasar.
Yo me denuncio.

Yo me denuncio ante ustedes
por hablar de los pobres
y mirarlos desde lejos
sin conocer sus nombres.


Yo me denuncio, yo me denuncio
En espíritu y en verdad,
en espíritu y en verdad.


Yo me denuncio ante ustedes
por anunciar el Evangelio
y no atreverme siquiera
a tocarlo con el dedo.
Yo me denuncio.

Yo me denuncio ante ustedes
por gritar comunidad
y hacer mi propio camino
sin contar con los demás.
Yo me denuncio.

Yo me denuncio ante ustedes
por criticar la apariencia
y dedicarme a lavar
la copa por fuera.
Yo me denuncio.

Yo me denuncio ante ustedes
por cantar la libertad
y quedarme a ras de tierra
por vértigo a volar.
Yo me denuncio.

GRUPO IXCIS