01 abril, 2007

BOLETÍN 1, 2007

SEGUIMOS EN COMUNICACIÓN

Por Freddy Gerardo Ramírez Bolaños, cmf.

Queridos amigos y amigas de “Construyendo el Reino”, nos llena de alegría llegar de nuevo hasta ustedes a través de este medio de comunicación. La utopía de un mundo más humano nos sigue manteniendo en pie de lucha, con la esperanza firme en el Dios de la Vida.

Después de unos meses de ausencia por las experiencias misioneras vividas en diciembre y enero, en Honduras y Panamá, la comunidad formativa del Teologado Claretiano de Armenia inició de nuevo sus actividades en este nuevo año lectivo 2007.

Para quienes nos leen por primera vez les contamos que este Boletín nació de la necesidad de extender redes de comunicación con los destinatarios de nuestros apostolados, amigos/as y compañeros/as de camino, para alentar a todo/as en la lucha por la construcción de una sociedad más justa, en la que todos/as podamos tener vida en abundancia.

Nos sigue animando el reto de la misión en estas tierras salvadoreñas, marcadas por el signo de la pobreza. Como Claretianos estaremos trabajando apostólicamente en los siguientes lugares: Parroquia Granadilla de Santa Tecla, Parroquia San Julián en Sonsonate, Parroquia de Jucuarán en Usulután (en estos sitios estaremos animando comunidades cristianas, dando formación al laicado y animando la Pastoral Juvenil y Vocacional). Además, seguimos trabajando en los proyectos que PROCLADE (Promoción Claretiana para el Desarrollo) impulsa en algunos cantones de Armenia. Los Medios de Comunicación, a través del programa de TV, el Internet y este Boletín, se harán presentes en el caminar y las actividades que el equipo de animación pastoral irá concretando en cada sitio.

Este año 2007 los misioneros estamos de fiesta pues nuestro Padre Fundador, San Antonio María Claret, cumple su II Centenario de nacimiento (1807-2007). Este hombre, apóstol de la buena noticia en España y Latinoamérica, nacido “para evangelizar”, nos sigue acompañando con su “espíritu” apasionado por la causa de Dios. Como él, queremos valernos de todos los medios posibles para hacer que el Reino germine y crezca en este “Pulgarcito de Centroamérica”.

En estos días estamos celebrando, además, el XXVII aniversario del martirio de Monseñor Romero. Nos unimos jubilosos a todas las personas que creen en la causa de los pobres, que siguen clamando justicia y solidaridad.

Como se puede ver, hay motivos para la utopía y la esperanza en medio del pueblo. Esperamos sus sugerencias y aportaciones para el Boletín. Sigamos adelante en la Construcción del Reino.


SER MUJER, UNA LUCHA CONSTANTE

Por Dayana Monterroza, alumna de la Escuela de Teología de Santa Tecla.

El 8 de marzo se celebró el Día Internacional de las mujeres, en conmemoración de la muerte de 129 obreras que fueron quemadas en una fábrica de textiles en New York, y todo por exigir sus derechos laborales.

Este hecho marcó precedente para seguir en la lucha por conseguir la equidad de género (igualdad entre mujeres y hombres). Años más tarde, específicamente en la década de los 60´s, surge el movimiento de liberación femenina, que tenía como objetivo resolver los problemas prácticos de la situación legal y laboral de la mujer en aquella época y, a la vez, concientizarla de su propia situación .

En este nuevo milenio los grupos feministas ya no tienen como objetivo desatar los atavismos culturales que relegaban a la mujer a un plano de inferioridad y dependencia del hombre, más bien buscan que el hombre se responsabilice de sus acciones hacia la mujer y que éstos no atenten contra la dignidad de ellas.

Esto se debe a que en la actualidad el problema que enfrentan la mayoría de mujeres a nivel latinoamericano es que son madres solteras, teniendo de uno a tres hijos , por quienes deja atrás parte de su vida como persona y como mujer. Esta situación se agudiza porque algunas de estas madres son menores de edad y aún no terminan sus estudios secundarios, por lo cual, se les vuelve una tarea bastante complicada el proveer a sus hijos de techo, comida, alimentación y educación .

Toda esta realidad constituye un problema que involucra y afecta a toda la sociedad, ya que la familia es la base fundamental de la misma. Por tanto, no se puede hablar de “mujer libre” si el hombre no es libre, si ambos no buscan el respeto hacia sí mismos y hacia los demás y contribuir así a que la lucha de la mujer sea la misma del hombre y colaborar juntos en mejorar las condiciones de la sociedad.


MI CHEPE VIVE

Por Freddy Gerardo Ramírez Bolaños, cmf.

“Tú nos dijiste que la muerte no es el final del camino, que aunque morimos no somos carne de un ciego destino…”, salían cantando de la pequeña champita de doña Chayo, mientras sacaban en hombros el ataúd de su hijo Chepe, herido de muerte en una balacera que se armó en su cuadra entre los vendedores de droga y la policía. Mati, la vecina, va al lado de Chayo,
–Comadre, no llore, Dios sabe porqué hace las cosas; Dios se lo dio, Dios se lo quitó.
–Dejame Mati, vos no sabés lo que siento. De qué sirvo ahora sin mi hijo, para qué estos brazos si no tienen a quien recibir, para qué mis labios si no puedo besarlo, para qué estos pechos secos si ya no puedo tener otro hijo… Mi hijo, mi pobre hijo.

Ya no tiene sentido la vida para Chayo. El barrio cierra sus casas por temor a las represalias de los capos. Cierran la puerta por temor. Cierran la puerta y Chayo sola. El barrio ya no es el mismo desde que empezó el tráfico de drogas. Lo que simplemente era refugio miserable de campesinos a los alrededores de San Salvador se fue convirtiendo en cueva de ladrones de vidas y de vendedores de boletos de muerte lenta.

Don Toño pensó ingenuamente que la policía resolvería los problemas, pensó que no se debía callar, que, como en tiempos de Monseñor Romero, debía alzar la voz y denunciar: “Ante el atropello y la violencia, jamás he parcializado mi voz. Me he puesto, con compasión de Cristo, al lado del muerto, de la víctima, del que sufre…” (Homilía, 30 de Abril de 1978). Pronto se dio cuenta de que la policía era parte del problema, y que su pellejo peligraba si seguía reclamando.

Los primeros consumidores de droga fueron el blanco de chambres preferido de la gente. Poco a poco empezaron a callar, cuando en sus propias casas llegó a ocurrir lo mismo. –Todo está bien, no pasó nada, sólo fue una borrachera… Sin embargo, todos saben que hubo gritos y puños, que Anita pagó las consecuencias de pedirle a su papá dinero para comprar el lápiz que necesita en la escuela. –La mesa fue la culpable de su ojo herido, dice su mamá. Todos en su casa y Dios en la de cada quien. –Es mejor así, para evitar problemas.

La Marta se acostumbró a los golpes de su marido… pareciera que ya no se siente querida cuando no recibe el regaño de su esposo. Sus hijos han formado un nuevo club en el barrio; estaban cansados de la misma historia todos los días. –Es mejor estar en la esquina que oír gritos en la casa, piensan. Un pikup del año se acerca y el tipo de dentro les ofrece trabajo…–Es muy fácil, se trata de ser agentes de venta…, la maldita venta, el mercado de la muerte, la droga. A los días vuelve, y los muchachos, sin esperanza ni futuro por su condición económica, dicen sí. Y les proveen de la materia y de una pistola para cualquier eventualidad.

Se multiplica el comercio, se multiplican las balaceras. Se multiplican la violencia y las muertes. Ahora ellos son los dueños del barrio. Ahora ellos van con la última moda, ahora ellos son los que deciden quién entra o no en su cuadra. A pesar de eso, siguen siendo amigos de los otros bichos de su cuadra. Chepe era uno de ellos, pero él no quiso la droga… Prefirió ser libre de cadenas, aún medio de la pobreza. Pobre, pero honrado, como decía su madre.

Don Toño no se conforma, no se siente cómodo. –Hay que hacer algo, se decía a sí mismo en su corazón. –Volveré a llamar y hablaré con el coronel, él me escuchará. La respuesta fue pronta, pero fue un velo para despistar…El coronel está en la junta directiva de la maldita venta, el mercado de la muerte, la droga. La respuesta fue pronta, la pagó esta vez Chepe con su vida.

Recordó Don Toño en el cementerio las palabras de Romero: “Nada hay tan importante […] como la vida humana, como la persona humana. Sobre todo la persona de los pobres y oprimidos, que –además de ser humanos– son también seres divinos, por cuanto de ellos dijo Jesús que todo lo que con ellos se hace El lo recibe como hecho a El. Y esa sangre, la sangre, la muerte, tocan el corazón mismo de Dios”. Y dijo con fuerte voz: –Vecinos, hoy nos diría Monseñor: “Hermanos, son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos […] y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: NO MATAR. […] En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, ¡les ordeno! ¡CESE LA REPRESION!”. (Homilía, 23 de Marzo de 1980).

Chayo regresa de nuevo a casa, sola. El silencio, confundido con los ruidos de la calle, llena su pequeño cuarto. Y piensa muy adentro, mi Chepe vive.


“El ángel del Señor anunció la víspera…

El corazón de El Salvador marcaba 24 de marzo y de agonía. Tú ofrecías el Pan, el Cuerpo Vivo
-el triturado cuerpo de tu Pueblo;
Su derramada Sangre victoriosa
-¡ la sangre campesina de tu Pueblo en masacre
que ha de teñir en vinos de alegría la aurora conjurada !

El ángel del Señor anunció en la víspera,
y el Verbo se hizo muerte, otra vez, en tu muerte;
como se hace muerte, cada día, en la carne desnuda de tu Pueblo.

¡ Y se hizo vida nueva en nuestra vieja Iglesia !

Estamos otra vez en pie de testimonio,
¡ San Romero de América, pastor y mártir nuestro !
Romero de la paz casi imposible en esta tierra en guerra.
Romero en flor morada de la esperanza
incólume de todo el continente.
Romero de la Pascua Latinoamericana.
Pobre pastor glorioso, asesinado a sueldo, a dólar, a divisa.
Como Jesús, por orden del Imperio.
¡ Pobre pastor glorioso, abandonado
por tus propios hermanos de báculo y de Mesa…!
(Las curias no podían entenderte: ninguna sinagoga bien montada puede entender a Cristo).

Tu pobrería sí te acompañaba, en desespero fiel,
pasto y rebaño, a un tiempo, de tu misión profética.
El Pueblo te hizo santo.
La hora de tu Pueblo te consagró en el kairós.
Los pobres te enseñaron a leer el Evangelio.

Como un hermano herido por tanta muerte hermana,
tú sabías llorar, solo, en el Huerto.
Sabías tener miedo, como un hombre en combate.
¡Pero sabías dar a tu palabra, libre, su timbre de campana!

Y supiste beber el doble cáliz del Altar y del Pueblo,
con una sola mano consagrada al servicio.
América Latina ya te ha puesto en su gloria de Bernini
en la espuma aureola de sus mares,
en el dosel airado de los Andes alertos,
en la canción de todos sus caminos,
en el calvario nuevo de todas sus prisiones, de todas sus trincheras, de todos sus altares…
¡En el ara segura del corazón insomne de sus hijos!

San Romero de América, pastor y mártir nuestro:
¡nadie hará callar tu última homilía!”

Pedro Casaldáliga, cmf.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos un comentario, queremos escuchar tu opinión