11 septiembre, 2019



EL FUTURO DAÑADO EN SU PRESENTE

“Un pobre que muere de frío no es noticia,
pero si la bolsa baja 2 puntos
se arma escándalo mundial”
(Papa Francisco)



Cada 10 de septiembre, todos los años se conmemora el día del niño en Honduras. Es inevitable traer a mi mente los recuerdos de la fiesta en mi escuela, Carlota Márquez de Paz García, en el municipio de Arizona, en el departamento de Atlántida, una profesora pedía a cada alumno llevar un huevo y una papa sancochada para hacer una ensalada y aumentar el plato de comida, a esto se agregaban las piñatas, pastel y música, era un tan solo día. De dónde viene dicha fiesta.

Según la Historia esta fiesta surge de la Declaración de Ginebra, la cual fue aprobada en 1924 por la Sociedad de Naciones con el fin de reconocer el derecho de todos los menores a nivel mundial. Sin embargo, hasta el 20 de noviembre de 1959 la Organización de Naciones Unidas (ONU), proponen a cada país dedicar un día para agasajar a los niños y niñas, cada país escogería el día para celebrar el famoso “día del niño”. El Estado de Honduras ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño el 31 de mayo de 1990 mediante decreto número 75-90” y fijó el diez de septiembre como día nacional del niño. Se supone que, para luchar y defender los derechos de los niños y las niñas en el país, pero a veintinueve años de esta acción, ¿cómo está la niñez en el país cinco estrellas?

Actualmente en Honduras más de 3.4 millones son menores de 18 años, a qué retos se enfrenta esta población, veamos algunos datos: la agencia de la ONU indica que el 59.8% de la niñez en Honduras está en una situación de pobreza, el 41.7% están privados del acceso a la educación, los tres departamentos con mayor porcentaje de desnutrición son Intibucá y Lempira que tenían el 48% de desnutrición crónica, mientras que La Paz, con un 39%.[1] Datos dolorosos pero reales, lo podemos ver en nuestras comunidades, barrios y colonias, cómo decir a un niño en esta situación “feliz día del niño”, cuando pasa 364 días en la calamidad y la miseria en todos los sentidos, yo creo que es darles una bofetada y una burla para ellos. «Como deseo contemplar y palpar la frase trillada en Honduras ¡felicidades niñas/os!». Que sean felices de verdad todos los días de su vida.

No es posible que, por la corrupción de los diferentes gobiernos del país, quienes se adueñan del dinero del pueblo nuestra gente muera de hambre, sin educación y por enfermedades infecciosas que con facilidad se podrían combatir; podríamos seguir agregando, la delincuencia, la mendicidad, la explotación sexual, la irresponsabilidad de padres o madres que abandonan sus hijos, la migración forzada, este es el pan de cada día de los niños y jóvenes de Honduras.

La crisis social, y política que actualmente atraviesa el país desde el golpe de estado el 28 de junio de 2009 y debido a la reelección fraudulenta del señor Juan Orlando Hernández en 2017, agrava aún más la situación de los niños y niñas, ya que no se les está formando de la mejor manera para afrontar la vida, se les roba la memoria, toda esperanza e integridad, qué sociedad tendremos en unos veinte años, si el futuro de la nación lo estamos dañando en su presente. Creo que ha llegado la hora de levantar la cabeza y defender los indefensos, de hablar por los sin vos, de hacernos cargo de la historia para ver un futuro más alentador por y para nuestros niños y niñas hondureñas.

Por: Josué Lemus Cruz cmf

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