25 marzo, 2010


CUARESMA






Con San Romero,


hacia la Pascua,


Caminemos.




Durante este mes de marzo hemos sido testigos de las innumerables peregrinaciones de hombres y mujeres que han visitado El Salvador, en búsqueda de lugares y rostros concretos que nos hablan de la persona, vida y misión del gran pastor y mártir de la Iglesia salvadoreña Mons. Óscar Arnulfo Romero.



Podríamos comenzar por preguntarnos: ¿por qué hoy se sigue haciendo memoria de Mons. Óscar A. Romero? ¿qué nos dice su palabra, su vida y misión?...Sin duda alguna, hoy más que nunca tiene sentido seguir haciendo memoria de la vida de este gran pastor de la Iglesia Salvadoreña. Sus palabras y acciones se han quedado grabadas y se actualizan en la memoria del pueblo.




Se le recuerda porque realmente fue amigo de los más pobres, amigo de Dios; luchador incansable de la justicia social...Monseñor Romero se hizo pobre entre los más pobres. Aprendió a mirar el mundo con la mirada de los pobres…¡Qué mirada tan conflictiva!...




El ser pobre entre los más pobres tenía implicaciones muy serias, le costó su propia vida, pero en fin, estaba convencido de que su vida no le pertenecía. Su existencia en la tierra le pertenecía a Dios y a su pueblo. Cuando se está convencido de esto vivimos como hombres y mujeres resucitados, lo demás se hace secundario.





No hacerlo sería traicionar el Evangelio de Jesús, a echar por la borda el mensaje liberador de Jesucristo que exclamó a viva voz en la sinagoga:



“El Espíritu del Señor está sobre mí el me ha ungido para traer la Buena Nueva a los pobres para anunciar a los cautivos su libertad a los ciegos que pronto verán para despedir libres a los oprimidos y a proclamar el año de gracia del Señor” (Lc 4,18-19)





Por tanto, la palabra de Romero tiene actualidad en nuestros días, recordarle es como beber la sabia nueva que le da sentido a nuestro compromiso como cristianos y cristianas de hacer un mundo más justo y humano.



Hoy hay mucho que hacer, que san Romero de América nos ayude a profundizar nuestro ser de cristianos.









VIVAMOS


LA CUARESMA 2010








EN CAMINO





Cuaresma es tiempo de hacer camino. No es un tópico (algo común), ni un recurso fácil que repetimos cada año. Los Evangelios presentan a Jesús en camino a Jerusalén donde consumará la entrega de su vida. Durante cuarenta días queremos seguir sus pasos.




Cuarenta es un número redondo cargado de significado: representa el tiempo de la vida humana, sea más larga o corta, y la condición de “hombre caminante” (homo viator); y representa, además, recordando la marcha de Israel por el desierto durante cuarenta años, el tiempo de una generación.



“Somos un pueblo que camina, y juntos caminando podemos alcanzar otra ciudad que no se acaba sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad. Somos errantes peregrinos, en busca de un destino, destino de unidad. Siempre seremos caminantes…” (E. Vicente Mateu)





Tenemos compañía, tenemos guía. Queremos ponernos en camino y siguiendo a Jesús y llegar con él a la meta de la pascua. Su pascua será nuestra pascua. Pero esta cuaresma será inédita. Las fuerzas con que contamos, los paisajes que atravesamos, los compañeros que tenemos son distintos.



Si el mundo que nos rodea gira atrapado en sus propias cuaresmas, de sufrimientos en unos, de indiferencia en otros, nuestra cuaresma cristiana no puede permanecer ajena a ellas.



Pero esta cuaresma será inédita. Las fuerzas con que contamos, los paisajes que atravesamos, los compañeros que tenemos son distintos. Si el mundo que nos rodea gira atrapado en sus propias cuaresmas, de sufrimientos en unos, de indiferencia en otros, nuestra cuaresma cristiana no puede permanecer ajena a ellas.







No repetiremos gestos pasados, ni pasaremos de largo insensibles a la vida de los hombres. “danos valor para la lucha… danos la luz de tu Palabra, que guíe nuestros pasos en nuestro caminar; marcha Señor, sobre nosotros, pues sólo en tu presencia podremos alcanzar otra ciudad…” (Revista para la celebración litúrgica, Vol. 56. 2010/2)

¡NOS VEMOS EN LA PASCUA…!







MONSEÑOR ROMERO




Y




LA EVANGELIZACION INTEGRAL











Monseñor Romero en su Cuarta Carta pastoral nos regala un rico mensaje para nuestro tiempo.Uno de los puntos fundamentales es el que se refiere a que la Iglesia debe tener su propia identidad. Para ello es necesario conocer la estructura en que vive el hombre en nuestro tiempo.
















En esta época histórica y en el mundo actual, Monseñor Romero, nos invita a seguir los pasos de Jesús y llenarnos del espíritu evangelizador. En él, la fe parte de una opción por la justicia y el amor, en especial de los pobres. Esta es la expresión concreta de su condición de discípulo de Jesús y anunciador del Evangelio.







La fe es, en primer lugar, insertarse desde un estilo de vida, desde un modo de ser hombre y mujer entre los seres humanos a la manera de Jesús. Se trata de ser, cada creyente, como dice Monseñor Romero, “carne de Cristo en la historia”.



Así, la misión de la Iglesia sólo será auténtica, en las diversas circunstancias de la historia, al presentar a Cristo, como voz de la Iglesia, sus manos para trabajar en la construcción del Reino en el mundo actual.





Para Monseñor, la Iglesia es todo el pueblo creyente y organizado en función de una lucha comprometida para que venga el Reino de Dios; para que se haga presente en la historia como reino de justicia y amor.





Desde la libertad del Reino de Dios; desde la libertad que da la conciencia del deber pastoral, se puede decir al poder establecido lo que está bueno y lo que está malo.



Cuando Monseñor Romero habla de una evangelización integral, está hablando de buscar que el hombre y la mujer tenga una vida digna, con lo básico para vivir bien, con fuentes de trabajo, en paz, en justicia.





Buscando esta realización de la persona y de la sociedad se comenzará a hacer presente el Reino de Dios. Hagamos presente el Reino convirtiéndonos en mejores personas y resucitando con Cristo en el día a día.

José Rodolfo Vásquez, cmf










































PALABRAS DE


DON PEDRO CASALDALIGA









Celebrar un Jubileo de nuestro San Romero... es celebrar un testimonio
que nos contagia de profecía… Este Jubileo debe renovar en todos nosotros y nosotras
una esperanza, lúcida, crítica pero invencible. “Todo es gracia”, todo es Pascua, si entramos a todo riesgo en el misterio de la cena compartida, la cruz y la resurrección. En el seguimiento de Jesús, Reino adentro. Nuestra coherencia será la mejor canonización de “San Romero de América”.


(de la carta a Mons. Romero


en el 30a. de su Martirio)















































































EXPERIENCIA VOCACIONAL









UN SÍ DEFINITIVO
AL SERVICIO DEL REINO










Hoy es un día muy grande, en mi vida; el Señor
me ha mostrado sus maravillas y por eso estoy alegre.



Comparto la experiencia que he vivido a lo largo de 10 años con las Religiosas de María Inmaculada, Misioneras Claretianas.





Un Sábado, 12 de septiembre de 1999, el Padre Omar Ulate, Misionero Claretiano, me dio la oportunidad de tener contacto por primera vez con las Misioneras Claretianas en San Pedro Sula, Honduras. Con ellas me sentí identificada; sus gestos, acogida, fraternidad y cercanía que me motivó para iniciar esta experiencia.
















Ya tenía varios años de andar en esta búsqueda. Viví mi proceso de encuentros vocacionales. Visité a las Hermanitas del Evangelio de Carlos de Foucauld y las Carmelitas Misioneras que me gustaba mucho lo que ellas realizaban. Han sido 10 años vividos y compartidos de mucha intensidad que me fueron indicando el camino por recorrer.


Aprendí a vivir y a valorar la vida de otra manera. Además, me dí cuenta que sólo compartiendo codo a codo con las hermanas descubres lo humanas y frágiles que son, eso te hace descubrir que Dios se vale de personas concretas para continuar su obra de construir el Reino.





La verdad no puedo definir el sentimiento que me embarga por dentro; sólo sé que mis hermanas de comunidad están aquí aguantando mis nervios y ansiedad. Pero lo importante y trascendental no es decir en un día concreto te entrego mi vida para siempre, sino darme cuenta que no es una respuesta por compromiso y obligación ni tampoco se culmina en un acto público; pero sí es una manera de decir y compartir con el pueblo lo que el hace en mi vida, sentir y descubrir que he sido mimada por Dios.






Agradezco a Dios por este regalo de la vocación. Pido a Mons. Romero que interceda por mí para que sea fiel y perseverante en esta respuesta definitiva. Que su sangre derramada por este pueblo sea mi inspiración en mi entrega al servicio de los demás principalmente este pueblo pobre humilde y sencillo que marcan la razón de ser de mi vida consagrada.














¡¡Infinitamente gracias!!






DINA MORALES,
MISIONERA CLARETIANA









































































HOMENAJE


A


MONSEÑOR ROMERO





Símbolo de rebeldía
fue tu manera de amar.
Serás por siempre profeta,
guía de la libertad.

En estos tiempos de Guerra,
tu valentía orientó.
La esperanza justiciera,
gritando liberación.

Monseñor vives hoy en el corazón
del pueblo que tanto te amó.
Monseñor tu verdad nos hace marchar
a la victoria final.

Hoy tus palabras sencillas,
denuncian la libertad.
Marcan con sangre al tirano,
llaman al pueblo a luchar.
No podrán callar tu ejemplo,
el imperio del dolor.
Tu sangre será la vida,
el renacer del amor.

Monseñor vives hoy en el corazón
del pueblo que tanto te amó.
Monseñor tu verdad nos hace marchar
a la victoria final.
Monseñor vives hoy en el corazón
del pueblo que tanto te amó.
Monseñor tu verdad nos hace marchar
a la victoria final.

(Grupo Fidelidad de Dios)







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