15 mayo, 2007

BOLETÍN 4


Fiesta del día de la madre con las directivas de las Tiendas Comunitarias

CLAMOR CON ROSTRO DE MUJER

Una vez más, amigos y amigas, llegamos hasta ustedes a través de este medio escrito. La Palabra de Vida nos pone el reto de popularizar la comunicación y entrelazar esfuerzos a favor del Reino de Dios. En este mes hemos conmemorado fechas importantes como el 1 de mayo, día internacional de los trabajadores y, el 10 de mayo, día de la madre salvadoreña. Creemos importante, como decíamos en el Boletín anterior, aprender a escuchar la voz del pueblo. Por eso, en este número, queremos hacer oír la voz de las mujeres, sus clamores, sus sueños y esperanzas. Varios de los testimonios son de mujeres que participan en un proyecto de tiendas comunitarias que promovemos los claretianos en Armenia Sonsonate. Esperamos que se sientan animad@s a seguir en la lucha por la vida.

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El problema que tenemos en las Brisas es la falta de trabajo, hay madres solteras que no pueden mantener a sus hijos ellas solas. Por falta de trabajo los niños no tienen que comer. La dificultad más grande es que la gente casi no sabe leer y no puede decir “voy a trabajar” para mantener a sus hijos. No hay la suficiente educación para los mayores. Para ir a trabajar nos piden un quinto grado y si no lo tenemos no podemos hacer nada. Como mujer mi anhelo es que mis hijos lleguen a ser alguien en la vida. Deseo que mi comunidad también se supere junto conmigo; para eso trabajamos, para que las madres que son solteras puedan tener un poquito más de ingreso en sus hogares. (Marta Irene Raimundo, Colonia Las Brisas, Armenia).

Tenemos muchos problemas económicos, físicos. A veces hay personas que se encuentran atribuladas, hay que darles un consejo, darles ánimo, porque no hayan qué hacer y recurren a uno; por eso les damos un apoyo. Tenemos que estar siempre juntas, en unión y participando. Tenemos que hacerles ver lo bueno y lo malo porque la mujer es muy débil y llevamos mucha carga como madres. Quisiéramos que nuestros hijos se superaran pero a veces no se puede por lo económico. Con sacrificios y con costos se hacen las cosas; así me pasa a mí, trabajo duramente para que mi hijo estudie y siga adelante. Ya él, gracias a Dios, ya va a salir; me dice: “mamá, ya le voy a ayudar para que descanse”. Y una, para mientras ellos dicen eso, una tiene que tiene que luchar y pasar muchas cosas para sacar adelante a los hijos. Mi sueño es ayudar a todas las mujeres saberse valorar a sí mismas, darles ánimo para que sigan luchando y apoyarlas para que sigamos adelante. Queremos involucrarlas cada vez más y enseñarles que ellas están vivas, no están muertas (Eva del Carmen Campos, Colonia Las Brisas, Armenia).

La organización me ha ayudado bastante, pues en el tiempo que vivimos hay economías que no ayudan ni siquiera a comprar el azúcar y mucho menos otras cosas a las que una ya no alcanza. En la tienda hay posibilidades de sacar crédito y hay mucha ayuda en eso. Como mujer en la organización he aprendido bastante, en las capacitaciones nos han enseñado que tenemos que desarrollarnos y salir adelante (Sandra Peña, Colonia Las Brisas, Armenia).

Las mujeres en La Fraternidad no tenemos trabajo, muchas van al campo, pero otras ni siquiera eso, pues sus maridos no las dejan y ellos tampoco trabajan. La organización de mujeres me ha ayudado bastante a desarrollarme como mujer, en mi papel como madre y con todas las socias. He aprendido bastante y lo hemos transmitido a la comunidad también. Sueño que crezcamos más como asociación y que tengamos más grande la tienda (Ana Deidalia Navarro, La Fraternidad).

La organización de mujeres me ha ayudado a sentirme útil, a sentirme bien, segura de mí, a saber que puedo ayudar a los demás. Mi mayor sueño como mujer es ser siempre útil y que la organización mejore pues muchas veces tenemos que dejar a nuestros hijos para trabajar, pues hay muchas madres solteras(Magdalena Castillo, Buena Vista, Armenia).

La organización nos ha abierto la posibilidad de relacionarnos con otras mujeres, podemos contarnos nuestras cosas, darnos un consejo, ayudarnos mutuamente y trabajar en el proyecto de la tienda. Esto nos hace sentir con más valor; no solo valemos para estar en la casa barriendo. Sueño que crezca la organización y que seamos más unidas para ayudar a la comunidad (Silvia Raquel, La Fraternidad, Armenia).

Como mujer sueño realizarme en mi vocación de madre, darme en cuerpo y alma en mi papel. Si Dios nos eligió para ser madres él nos da la gracia de poder llevar el amor a nuestros hijos, necesitados de amor, de cariño, de un consejo. Jesús nos dice que no nos cansemos de luchar ni de irradiar esperanza a las mujeres que la han perdido, pienso en especial en las que han tenido que emigrar en busca de oportunidades. Como María debemos estar al pie de la cruz, ella es modelo de nuestra dignidad de mujeres (Guadalupe Iraheta, Grupo KARAO y presentadora de Construyendo el Reino, Armenia).

Mi nombre es Rosa Mirna Sermeño, vivo en Chilata, San Julián. Tengo 35 años de edad, soy casada y madre de cuatro hijos; ellos son Edith, Andrea, Jessenia y Kevin. Cuando existía el Beneficio Chilata daban trabajo, no ganaban mucho los trabajadores pero siempre se lograba algo, pero cuando el terremoto del 2001 se destruyó todo y el Banco hipotecó el lugar y ahí quedo abandonado. Por lo demás no ha existido trabajo laboral pagado, aquí vivimos por la misericordia de Dios, como en mi caso. Mi esposo se enfermó ya hace varios años y no ha podido salir a ganar ni mucho menos hacer la milpa. Antes iba a ganar en la construcción, ganaba bien poco, unos 87 dólares a la quincena, pero nos alivianábamos con los siembros. Algunos hermanos de la comunidad nos ayudan, aunque sea orando. Todos los días tengo que esperar de Dios lo mejor para seguir viviendo y para sacar a mis niños adelante en los estudios. Yo no he permitido que dejen de estudiar para que logren superarse y salgan adelante. La gran mayoría de las familias se han descompletado, pues por lo menos una parte de las familias se han tenido que ir para los Estados a ganar para vivir, de lo contrario esta vida sería peor sin su ayuda. Yo no tengo a nadie que me ayude, solo Diosito. Veo que los niños están creciendo, solos sin papá y, algunos, hasta sin mamá; ellos ya no quieren ni ir a la escuela porque no quieren que otros los manden se pasan todo el día sin hacer nada. Hay mucha pobreza porque la humildad de la gente no les permite hacer cosas para progresar, uno no sabe nada, y la alcaldía no ayuda en nada, ni los partidos políticos, ellos hacen muchas promesas y solo Dios nos promete y nos cumple, los demás son mentirosos (Testimonio del Apostolado en San Julián, Sonsonate).


ENSÉÑANOS, MARÍA…

Por Freddy Gerardo Ramírez Bolaños, cmf.

María de Nazaret, compañera fiel del Pueblo de Dios, soñadora incansable del Reino que se acerca y está entre los pobres… Queremos, como tú, cantar el magníficat al Dios Bondadoso que se fija en los humildes. Queremos seguir, paso a paso contigo, en la ruta hacia la Patria Grande. Nos atrevemos a alzar la voz, como tú, para proclamar que las fuerzas de injusticia y de dominio no durarán por siempre.

María, mujer fuerte en la debilidad, te vemos presente en tantas mujeres pobres que todavía no pierden la esperanza. Te vemos presente en tantas mujeres que confían el Padre de las misericordias. Te vemos presente, con la fuerza fulgurante del Espíritu, en tantas mujeres que no se conforman con el rol que les ha impuesto la sociedad y que se lanzan presurosas al encuentro de sus hermanas en la organización popular que prepara la tierra buena que acoge la Palabra de Vida, a Jesús, tu Hijo, nuestro Hermano.
María, bella en el rostro por la luz de Dios. Bella porque no te dejaste vencer por las pruebas de la contrariedad, la injusticia y la pobreza. Bella por la fidelidad. Bella por tu silencio elocuente. Bella en tu corazón que medita el misterio del Dios hecho carne en tu seno. Bella como todas nuestras madres que lo dan todo y sin reservas para que los hijos se superen y colaboren en la construcción de un mundo mejor.

Vemos mucha injusticia contra los pobres. Lázaro sigue mendigando a los pies de la mesa de la historia y parece que los epulones no se toman en serio tu cántico de liberación. Por eso, Madre buena, queremos ponernos a disposición de Jesús para seguir llamando a la conversión y animando al Pueblo en este proyecto de humanidad nueva.

Enseña a todos tus hijos e hijas a leer el paso de Dios en la historia. Muchos de ellos se han conformado con una enseñanza tradicional sin resonancias en la vida real. Enseña a tus hijos e hijas a responder con un sí valiente a los retos de hoy, a las esperanzas populares, a los sueños de los pobres, a los anhelos de las mujeres que luchan por su dignidad. Tú eres la joven Nazarena que responde con un sí generoso y comprometido a las esperanzas del Israel, sometido al poder opresor y deshumanizante. Dices “sí” a la esperanza mesiánica de los humildes. Dices “sí” a la iniciativa del Dios que interviene amorosamente en la historia para salvar a los pobres.

Sabemos, Madre, que viviste de la fe, como Abrahán y Sara. Queremos que animes en la fe y en la esperanza a tus hijas que buscan justicia, igualdad y fraternidad. No permitas que falte el vino nuevo de la utopía, el vino nuevo del Reino, el vino nuevo del Banquete de Jesús. Enséñanos, Madre, a servir la mesa, a invitar a todos, a compartirla con todos. Y sobre todo, enséñanos a no dejar de cantar contigo el magníficat, que es también nuestro cántico de resistencia: “Proclama todo mi ser la grandeza del Señor”.


LA PALABRA DE ROMERO

“María es la expresión de la necesidad de los salvadoreños. María es la expresión de la angustia de los que están en la cárcel. María es el dolor de las madres que han perdido a sus hijos y nadie les dice dónde están. María es la ternura que busca angustiada una solución. María está en nuestra patria como en un callejón sin salida, pero esperando que Dios ha de venir a salvarnos” (24 de Diciembre de 1978).



EL DIFÍCIL TODO

Tan sólo mejor que la mejor parte
que escogió María, el difícil todo.

Acoger al Verbo, dándose al silencio.
Vigilar Su Ausencia, gritando Su Nombre.
Descubrir Su Rostro en todos los rostros.

Hacer del silencio la mayor escucha.
Traducir en actos las Sagradas Letras.

Combatir amando. Morir por la vida,
luchando en la paz.

Derribar los tronos con las viejas armas
quebradas de ira, forradas de flores.

Plantar la bandera -la justicia libre-
en los gritos pobres.

Cantar sobre el mundo el Advenimiento
que el mundo reclama, quizás sin saberlo.

El difícil todo que supo escoger
...la otra María.

Pedro Casaldáliga, cmf.

03 mayo, 2007

BOLETÍN 3


LO QUE HEMOS VISTO Y OÍDO

Queridos hermanos y hermanas, de nuevo un saludo de Pascua para todos y todas ustedes. Deseamos que el Señor de la Vida siga impulsando en ustedes la ilusión y la utopía de este mundo nuevo que esperamos alcanzar. En el presente Boletín queremos compartir con ustedes un poco de “lo que hemos visto y oído” (1 Juan 1,3) en la Semana Santa recién pasada. El contacto y la escucha de la voz de los pobres y marginados de la sociedad se convierten para nosotros, los misioneros, en una experiencia “teologal”; es decir, en un momento privilegiado en el que podemos ver, oír y tocar al mismo Dios de la historia. Esperamos que a través de estos cortos testimonios ustedes puedan hacer la misma experiencia de fe.
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Mi fe es segura en Dios. Dios sabe lo que me ha dado. Dios ha estado conmigo. Mi fe está puesta en Cristo. En mi bautismo encuentro la salvación y debo caminar en ese camino. Yo he pasado el dolor de más de 15 sacerdotes que asesinaron. A mí también me detuvieron. Me encerraron siete días en el cuartel, me golpearon y me preguntaban dónde tenía las armas. Yo les decía que ni conocía las armas. Me tiraron al suelo junto a otros muertos que les habían quitado la cabeza, al rato estaba yo lleno de sangre. Después me llevaron a Mariona. Ahí estuve un año. Los presos me llegaron a querer mucho. Yo era ya viejo. Llegué a formar varios grupos para leer la Biblia. Cuando uno obedece a Dios no debe tener un sentimiento de odio, sino de amor. Me da tristeza el silencio de mis comunidades, que no anuncian ni denuncian como lo hizo Jesús (PEDRO MÓNICO, Cantón San José Cortés).

Mi fe es algo que me sustenta para seguir viviendo. Mi fe es algo que veo desde la persona humana. Yo manejo así mi fe: comparto con mi familia, pero también me preocupo por el hermano, por el que necesita. No puedo llenarme el estómago y que otro pase necesidad. Desde ahí mi fe va creciendo. Trato de ser más solidaria. Quiero que mis hijos aprendan eso. Eso es lo que puedo dejar a mis hijos. Lo que más me preocupa es tanto joven que están matando. Nosotros deberíamos acercarnos más. Hay irresponsabilidad en las familias. (MARIA OFELIA MÓNICO, Cantón San José Cortés).

Mi fe la baso en que creí en Jesús a los 38 años. Antes no creía, odiaba a los sacerdotes porque adormecían al pueblo, todo era puro sueños, nos invitaban a sufrir con paciencia. El pueblo gozaba de tres opresores: los militares, los ricos y los sacerdotes. Cuando me llegó el mensaje y me llevaron a un retiro descubrí otra cosa, que había sacerdotes al lado de la liberación. Mi fe fue fundada a fuego y espada. Veía a Mons. Romero cuando lo eligieron arzobispo de San Salvador y creía que era familia del entonces presidente también de apellido Romero; y creí que eran iguales. Con la muerte de Rutilio Grande Monseñor cambió. Ahí empecé a asentar mi fe. En momentos de guerra la muerte pisaba mis talones, pero sigo adelante. Ahora me preocupo y siento que mi fe está fallando por problemas con nuestro pastor. Incluso si me retirara de la Iglesia seguiré siendo fiel a lo que creo. Ahora me está costando más ser fiel que en tiempos de guerra. La realidad que me preocupa es la corrupción en el aparato estatal. Hay mucha campaña de desinformación. Tengo miedo que el arzobispo esté comprometido con el poder y desde ahí corte el camino de justicia y compromiso. Me preocupan los nuevos movimientos de Iglesia que desunen a la Iglesia, que cortan el camino de las comunidades eclesiales de base y la dividen (JOSÉ LUIS VÁSQUEZ, Cantón San José Cortés).

En el hecho de estar con vida, de ver las cosas, de percibirlo, ahí encuentro a Dios. Lo percibo en los momentos difíciles, por eso en los problemas podemos seguir adelante, por eso estamos aquí. Mi compromiso responde a la fe. Jesús quería establecer el Reino, nuestra tarea es ayudarlo. Me preocupa el factor económico. Nos estamos comiendo unos a otros, todo está caro. Lo otro es la escasez del agua, poco a poco se nos acaba. En la Iglesia, vemos obstáculos, pero debemos seguir adelante. Me preocupa la violencia. En la comunidad nos preguntamos el porqué. Pero vemos también que nosotros debemos trabajar por ello (DOLORES SALOMÉ ROSALES PONCE, Cantón San José Cortés).

La experiencia de Semana Santa la compartí en el municipio de Perquín, Morazán, concretamente en el cantón "Villa Rosario". La realidad de la guerra ha marcado la vida y las costumbres de toda esta gente, que entre los recuerdos y lo cotidiano añora tiempos mejores. Por medio de su fe y sus tradiciones quieren conservar y recuperar aquello que les quito la guerra: el arraigo a lo propio y el sentido a la vida. Villa Rosario comprende además el sector “La Colonia”, que es un tipo de asentamiento formado por los desplazados del conflicto. Allí todos tienen algo que contar: “Tuvimos que salir de la casa apenas con lo que andábamos puesto, los helicópteros se escuchaban a lo lejos... Mucha gente no sabía del porque de la guerra”… dice Doña Romelia. (LUIS ALONSO DÍAZ, CMF).

Este año mi experiencia de Semana Santa la viví en el cantón “Granadillas”, en Santa Tecla. Estuve en uno de los días de la semana en el sector llamado “Borja”. En la visita que hice a este sector conocí la familia de Ana María, madre de nueve hijos, mujer llena de vida, alegre pero también con una historia sufrida que le acompaña. En la actualidad su esposo está desempleado. Él ha trabajado en construcción toda su vida. Precisamente en este tipo de trabajo tuvo un accidente, un hierro le cayó en la cabeza desde un tercer piso. Él mismo dice que le salvó el casco de protección que llevaba puesto. Le hicieron un chequeo médico muy superficial y siguió trabajando de nuevo, pero su rendimiento ya no era el mismo. Su cabeza le dolía demasiado y esto le impedía rendir como antes. La empresa de modo irresponsable optó por prescindir de sus servicios. Ana María lucha junto con su esposo por los hijos que tiene en casa. Esta familia se dedica a la panadería. Dice con orgullo, que toda su vida la ha dedicado a eso. Y como buena maestra ha logrado que su esposo sea en estos momentos un experto panadero. La buena noticia de esto es que sus hijos están respondiendo con sus estudios y ha logrado que ellos sean jóvenes amables, respetuosos y con metas en sus vidas. (CARLOS JESÚS CHAVES, CMF).

Es la primer Semana Santa que paso visitando hogares y especialmente a personas desprotegidas, que sufren el impacto de la pobreza. Me ha llamado mucho la atención y quiero seguir en esto. Voy a pedirle a Dios como enseñanza de esta vivencia que el año que viene pueda hacer lo mismo (ALFREDO LAZO, Cantón El Carrizal, Usulután).


APRENDER A ESCUCHAR LA VOZ DEL PUEBLO

Por Freddy Gerardo Ramírez Bolaños, cmf.

En el capítulo 3 del libro del Éxodo leemos: “Yahveh dijo: he visto la humillación de mi pueblo en Egipto, y he escuchado sus gritos cuando lo maltrataban sus mayordomos”. Dios escucha el clamor de los pobres hebreos sometidos a la esclavitud y baja para liberarlos y llevarlos a una tierra mejor, “donde mana leche y miel”.

El acercamiento y escucha de Dios marcó la historia de este colectivo social a tal punto que se convirtió en la experiencia fundacional de Israel. La Pascua, o “el paso de Yahveh” en la historia de los esclavos es memoria de libertad, salvación, gozo, reivindicación de las víctimas.

Con Jesús de Nazaret se ha radicalizado la cercanía y el abajamiento de Dios que siente compasión y misericordia por los humildes. El anuncio de la Buena Nueva del Reino, los milagros y sobre todo la pasión, muerte y resurrección de Jesús manifiestan a la humanidad que Dios se solidariza con los últimos hasta identificarse con ellos. Como dice el libro de los Hechos “Jesús pasó por el mundo haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal” y su acción salvadora partía de las necesidades reales de la gente que era marginada y atropellada en Israel por el sistema teocrático dominante.

La Iglesia, heredera de la misión de Jesús, quiere imitar y seguir a su maestro en el anuncio y praxis del Reino. Nos llena de alegría el haber escuchado el testimonio de personas como Pedro Mónico y José Luis Vásquez que han arriesgado su propia vida por la convicción de que posible cambiar este mundo injusto y descreído.

Nos decía Dolores Rosales que su compromiso eclesial responde a su fe, “Jesús quería establecer el Reino, nuestra tarea es ayudarlo”. Necesitamos, hoy más que nunca, oídos abiertos al llamado de Dios y al grito de nuestro pueblo que sigue clamando al cielo por el silencio de las comunidades cristianas, la violencia, la corrupción estatal, la manipulación de los medios de comunicación social, la indiferencia ante las víctimas de la guerra y de la pobreza.
Creo que doña Ofelia Mónico nos da una clave importante para la vivencia de nuestro seguimiento cristiano: “Yo manejo así mi fe: comparto con mi familia, pero también me preocupo por el hermano, por el que necesita. No puedo llenarme el estómago y que otro pase necesidad”. Cuando seamos capaces de ser solidarios estaremos actualizando la Pascua de Jesús en nuestra realidad, pues la Pascua de Jesús es esencialmente solidaridad y servicio amoroso con las víctimas, los que tienen hambre, los que pasan necesidad (Cf. Mt 25, 31ss). Doña Ana María nos enseña lo que es servir y amar.

Seguimos soñando con una tierra nueva, una patria más justa, más fraterna, donde todos y todas construyamos la unidad, donde nadie sea desplazado ni marginado. Soñamos con una nueva civilización, no la del mercado libre, sino la civilización de la mesa compartida de Jesús de Nazaret. Cada vez que los pobres celebran la Eucaristía se adelanta la posibilidad del cambio. Parafraseando a don Pedro Mónico diría yo: “Cuando uno obedece a Dios (haz esto en memoria mía) no debemos tener un sentimiento de odio (indiferencia, egoísmo, orgullo...) sino de amor (solidaridad con los pobres, fraternidad, utopía, profetismo...). La Eucaristía muestra su autenticidad cuando está vinculada a la solidaridad, al generar vida, al compartir y a la construcción del Reino de Justicia.

“Quiero seguir en esto”, decía Alfredo Lazo. Dios quiera que este sea un sentimiento compartido por todos/as nosotros/as. Salgamos de nuestra comodidad, escuchemos la voz del pueblo, acerquémonos y soñemos posibilidades de cambio.


LA PALABRA DE ROMERO

Además de la lectura de la Biblia, que es Palabra de Dios, un cristiano fiel a esa Palabra tiene que leer también los signos de los tiempos, los acontecimientos, para iluminarlos con esa Palabra (30 de Octubre de 1977).

QUEREMOS CONSTRUIR UNA CIUDAD

Queremos construir una ciudad,
una ciudad en paz;
queremos confirmar en el altar
nuestra fraternidad;
sin que haya esclavos
ni haya señores
que no puedan cantar nuestra canción,
sin que haya clases
ni diferencias
que impidan compartir
un mismo pan.

Todos tenemos los mismos derechos,
todos tenemos los mismos deberes.
Todos tenemos un mismo Padre,
un mismo cielo.

Queremos construir una ciudad,
una ciudad en paz,
queremos alcanzar la libertad
fruto de la verdad;
allá entre todos compartiremos las penas,
el esfuerzo y el amor;
allá entre todos descubriremos
que el grano de semilla floreció.