25 diciembre, 2009

NAVIDAD


“El verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros y hemos visto su Gloria” (Jn 1, 14)

“Ut li aatin kitz’ejwalot’k ut kxk’ojob’ li xmuheb’ aal sa’q’ayana’, ut laa’o xqaka’ya li xlog’al…” (Jn 1, 14) Q’eqchí

“Leti dimureibei, saliguati wugurime, aba labagaridun waganagua. Ariha wamaali lueirugun” (Jn 1, 14) garífuna

“And the word became flesh and lived among us, and we have seen his glory…” (Jn 1, 14)

Los misioneros Claretianos de Dangriga, Belice: Dominic Mcdonagh, Gerald Ezekwere, Manuel Samc y los estudiantes de teología de Centro América en experiencia de misión les deseamos a cada uno de ustedes feliz Navidad y un venturoso año Nuevo 2010. Al mismo tiempo nos unimos a la celebración de nuestro hermano Manuel Samc en sus XXV aniversario de vida religiosa claretiana.

A la Virgen de la Navidad.

La olvidada campana de la estrella
toca la hora del Amor, y el viento
dispersa en las tinieblas el lamento
de los cautivos y la Paz lo sella.
Porque eres Madre, siendo aún Doncella,
y el río de tu leche es ya sustento;
porque duerme el Señor bajo tu aliento,
heno de tu campiña en la gamella:
En la Noche del Tiempo renacido,
incapaz de decir tu dulce nombre
la Palabra del Padre hecha vagido;
capullo de las fajas y del sueño,
tembloroso y mortal capullo de hombre
¡nuestro hermano mayor y el más pequeño!

Pedro Casaldáliga.

02 diciembre, 2009

BOLETÍN 26

ADVIENTO


Por: Alvin Bellorín, cmf
El adviento como su nombre lo dice es un tiempo de espera pero no una espera pasiva, más allá de una simple espera. Pienso que el adviento es sobre todo un tiempo cargado de muchas posibilidades y sobre todo un tiempo que nos permite experimentar nuestra vida como un tiempo de salvación.

Al empezar este adviento creo que la mejor manera de vivirlo es ir desde ya anticipando aquello que se espera y ¿cómo? Mediante relaciones humanizadoras y de armonía con nosotros mismos, con los demás y la naturaleza, que posibiliten y den paso a aquella salvación que un día poseeremos en plenitud.

El adviento es entonces un tiempo abierto y sobre todo sorprendente y esperanzador. Una irrupción de novedad que se avecina en el presente y este tiempo debería posibilitar a cada persona de caer en la cuenta de lo que Dios va haciendo en la historia de la humanidad y en la historia personal de cada uno. Acción de Dios muchas veces misteriosa, acompañada de un silencio lleno de Palabra de Dios hecha carne y que como un eco resuena en el largo camino de la historia.

Y por último pienso que el adviento es lo más parecido a la vivencia de lo íntimo de experiencia humana: caminar, buscar y esperar. Pero no un caminar sin rumbo, sino un caminar hacia nuestra plenificación máxima. Y no buscar cualquier cosa, sino buscar aquel amor que colme la inquietud del corazón. Por tanto vivir el adviento será estar atento al tiempo que avanza y saber anticipar el futuro ya actuante cargado de salvación. Porque en definitiva el adviento puede resumirse en lo siguiente: esperamos Salvación.


VIVIR EL ADVIENTO

Por: Edgardo Guzmán, cmf

Shindy Ivellis Loza Portillo, estudiante de teología en la UCA.


El adviento es un tiempo en el que se nos invita a vivir en comunidad y fraternidad en la esperanza de poder reconocer a Dios en nuestra realidad, sólo cuando lo vivimos así es cuando podrá tener sentido.
César Serrano, San Marcos, San Salvador.

César Serrano de San Marcos, San Salvador.

En el Adviento nos tenemos que preparar, estar despiertos para ver la situación social que vivimos. Es un tiempo de esperanza que nosotros tenemos que vivir, pensando no solamente en nosotros sino en todo un pueblo, ese pueblo pobre el que tanto Jesús de Nazaret nos decía a través de sus enseñanzas, para poder salir de esta situación que estamos viviendo actualmente. Este tiempo lo tenemos que vivir pensando en el pobre, pensando en dar esa vida nueva a todos nuestros compañeros en nuestro trabajo, en nuestras familias, en el lugar de donde estemos para que lleguemos a comprender el significado que tiene que Dios se haya encarnado.

Ana Margarita Murillo, hermana de Sion, Ciudad Delgado.

Me gusta este espacio que nos da la iglesia para reflexionar. Es el momento en el que nos preparamos para recibir a Jesús que viene a nosotros, es el tiempo para revisarnos, para ver cómo andamos, porque muchas veces estamos centrados más en nosotros mismos y este tiempo se nos presenta para compartir, para alegrarnos con la familia, con los amigos. Es un tiempo de esperanza, de alegría, es un tiempo para la solidaridad.

Leonor Arévalo Romero, estudiante de teología en la UCA.

Durante el Adviento los cristianos nos preparamos para renovar el deseo de recibir a Cristo en nuestras vidas por medio de la oración, la generosidad y la caridad. ¿Pero realmente nos preparamos para recibir a Jesucristo en nuestra vida? Por lo que yo puedo percibir a mi alrededor, esta preparación es bastante pobre, pues las personas se preocupan más por prepararse para las fiestas, los regalos y por recibir a sus invitados en sus casas. Creo que si fuéramos capaces de preparar nuestro corazón y abrirlo hacia los demás y dejarnos de preocupar por lo superficial, viviríamos realmente el adviento y recibiríamos la Navidad con todo nuestro corazón y no nos importaría las fiestas, ni los regalos, porque estaríamos preparados para recibir el más grandioso regalo que se pueda recibir.

Consuelo Amaya, misionera claretiana, San José Villanueva.

No basta proclamar: "Cristo Jesús, Hijo del hombre, es nuestra esperanza. No vale decir nosotros creemos en "el Dios de la esperanza", futuro del ser humano y comprometido con su historia. La Iglesia está llamada a ser por vocación la "comunidad de la esperanza". ¿Cómo celebrar el adviento en tiempos de crisis? ¿Cómo mirar al mundo con ojos de esperanza? Todo el adviento nos invita a tener los ojos abiertos y ver lúcidamente. Señales en todos los espacios nos dice el evangelio de hoy que dará paso a una nueva era, un nuevo orden fruto de la iniciativa de Dios y de la acción de los seres humanos."Suscitaré un vástago legítimo que hará justicia y derecho en la tierra". Este es el Dios de Jesús en el que creo yo y sí estoy segura que Dios hará justicia en mi pueblo hondureño porque El nunca ha fallado a su pueblo.



NIÑA DEL SI

Todo estaba pendiente de tu boca.
Igual que si los hombres, de golpe, se sintieran
con la vida en las manos, detenida,
como un reloj callado y a la espera.
Como si Dios tuviera que esperar un permiso...

Tu palabra sería la segunda palabra
y ella recrearía el mundo estropeado
como un juguete muerto que volviera a latir súbitamente.
Tú pondrías en marcha, otra vez, la ternura.
Orilla virginal de la palabra, niña del sí preñada con el Verbo,
sin la más leve sombra de no, toda en el Día.
Dios encontraba en ti, desde el primer albor de tus latidos,
la respuesta cabal a su pregunta
sobre la Nada en flor...
Tú lo hacías dichoso desde el Tiempo.
Tu corazón se abría como una playa humilde, sin diques fabricados,
y en la arena sumisa de tu carne el mar de Dios entraba enteramente.

Niña del sí, perfecto en la alabanza como una palma de Cadés invicta;
jugoso en la alegría rebrotada, como la vid primera;
pequeño como el viento de un párpado caído, y poderoso
como el clamor del Génesis.

Niña del sí desnudo, como un tallo de lirio
bajo el filo implacable de la Gloria...
Cuanto más cerca de la Luz vivías,
más en la noche de la Fe topabas, a oscuras, con la Luz,
y más hondas raíces te arrancaba tu sí, ¡niña del sí más lleno!
Tú diste más que nadie, cuando más recibías,
infinita de seno y de esperanza.
¡Tú creíste por todos los que creen y aceptaste por todos...!
Creías con los ojos y con las manos mismas, y hasta a golpes de aliento
tropezaba tu fe con la Presencia en carne cotidiana.
Tú aceptabas a Dios en su miseria, conocida al detalle, día a día:
en las especies torpes del vagido
y en las especies del sudor cansado
y en el peso vencido de la muerte...

¡Rehén de la victoria de la Gracia, fianza de la tierra contra el Cielo,
gavilla de cordera, presentada y encinta!
Porque has dicho que sí,
Dios empieza otra vez, con tu permiso, niña del sí, María.
Las alas de Gabriel abren el arco por donde pasa entera la Gloria de Yahvé.
El arca de tu seno, de madera de cedros incorrupta, viene con el Ungido.
La Primavera acecha detrás de Nazaret, regada por el llanto,
y sobre las banderas blancas de los almendros
el trino de tu voz rompe en el júbilo, humildemente solo.


Pedro Casaldáliga, cmf


Ernesto Barrera (Neto), 28 de Noviembre de 1978

“ Neto se sentía feliz en su sacerdocio. Yo mismo lo llevé a la Parroquia de San Sebastián. Yo compartí con él algunas reuniones con los jóvenes que me preguntaban las inquietudes propias de un cristianismo en la hora actual. Yo puedo asegurar que este hombre consagrado por la ordenación sacerdotal, se mantuvo en comunión con sus hermanos sacerdotes y con su Obispo, y esto es una garantía de su ministerio auténtico, legítimo. Habrá rasgos difíciles en el sacerdocio actual, sobre todo joven, pero mientras haya sustancialmente un deseo de servicio, un deseo de poner todas sus condiciones y cualidades humanas al servicio de esa Iglesia y de ese Reino de Dios, hermanos, tengamos confianza. El hombre-sacerdote tiene que ser un hombre que trae de la eternidad un mensaje concreto para los hombres de cada tiempo.

Es ahora cuando Neto Barrera comprende que todos los esfuerzos de liberación, toda esa esperanza de un mundo mejor, aun en esta tierra, se complementan y se realizan en esa eternidad feliz. Sólo la liberación que Cristo trae de esa trascendencia da a los esfuerzos liberadores de la tierra su verdadera dimensión, su verdadero valor”.


De la homilía de Monseñor Romero en el funeral del Padre Neto y de José Isidro, Rafael Santos y Valentín, 29 de noviembre de 1978.



CORRIDO AL PADRE NETO BARRERA


Ernesto Barrera presente
Barrera de la clase obrera,
Valiente trinchera
De un pueblo consciente
Que sigue en la lucha,
Tú no estás ausente,
A la delantera
Llevas la bandera
De nuestros ideales
Tu grito se siente.

Tres militantes
Obreros contigo cayeron
Porque defendieron
La vida y la causa
De los proletarios.
Gritemos: que vivan
Nuestros compañeros
Por ser verdaderos
Revolucionarios.

El veintiocho de noviembre
Las fieras uniformadas
Quebraron sus cuerpos
Y de ellos salieron
Las nuevas semillas
Que ya están sembradas.
Veintiocho de noviembre
Ha sido la gran fecha
Vamos pa adelante
A esperar la cosecha
!Ernesto Barrera presente!