07 diciembre, 2007

LLANTOS POR UNA DESPEDIDA

Las fotos son en la celebración de los 35 años en Santa Rosa, Rio Indio





Hola Amigos/as de Construyendo el Reino, queremos compartir con ustedes un artículo que escribió el Padre Gonzalo Mateo, cmf, "Llantos por una despedida". Donde nos cuenta como fue el proceso de salida de los Misioneros Claretianos de la Costa Bajo en Panamá. Con ello queremos solidarizarnos y dar a conocer el díficil proceso que han vivido estas comunidades. También renovamos el compromiso por la defensa de la vida.
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(Los Misioneros claretianos tienen que dejar la misión de la Costa Abajo de Colón)


Queremos informar a todos nuestros hermanos y hermanas que leen Panorama Católico que, después de 81 años de presencia misionera de los claretianos en la Costa Abajo de Colón (Distritos de Chagres, Donoso y parte del distrito de Colón) con honda tristeza de nuestra parte, y de las 120 comunidades campesinas y costeñas nos despedimos de esta zona misionera el próximo 31 de diciembre. Es voluntad del Obispo Mons. Audilio Aguilar que nos retiremos de esta misión.

A estas horas ya las despedidas oficiales se han realizado con ocasión de la celebración de los 35 años del movimiento de Comunidades Eclesiales de Base, que esta pequeña porción del pueblo de Dios de Panamá ha vivido con hondura, con fe, y con un amplio sentido de defensa de la vida y de la justicia.

Grandes concentraciones de pueblo campesino y costeño han participado en celebraciones llevadas a cabo en COCLECITO, en GUÁSIMO, en SANTA ROSA de Río Indio, en CHAGRES y en NUEVO PORVENIR (Cuipo). Destacamos la concentración celebrada el Lunes 26 de Noviembre y la celebración eucarística presidida por Mons. Carlos Ma. Ariz que fue seguida de una marcha por la ciudad de Colón. Esta última gran asamblea de despedida significó para nosotros misioneros claretianos algo así como dejar a las comunidades campesinas nuestro espíritu de la itineraria de la palabra, la espiritualidad que nace de una iglesia comunidad de comunidades, y de la que brota una red de de ministerios y un modelo de coordinación evangélica.

Pero sobre todo significó para nosotros recibir el espíritu sembrado en dichas comunidades , su espiritualidad de lo suficiente, su amor a la tierra contra la minería cielo abierto, su religiosidad popular, su sentido comunitario y tantos otros rasgos de estas vidas que nos catequizaron durante todos estos años, empezando por “el hermano Obispo”, como ellos le llamaron, y siguiendo por un número significativo de misioneros, diáconos, novicios jesuitas, novicios vicentinos, comunidades religiosas femeninas, laicas y laicos venidos de fuera como acompañantes Para todos nosotros esta experiencia eclesial marcó nuestras vidas.
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Los primeros misioneros que desde el año 1926 surcaron ríos y montañas y empezaron a implantar la iglesia fueron quienes nos dieron a los últimos que vivimos esa gracia de ser como misioneros de Costa Abajo, su radicalidad y entrega. Vale la pena recordar a algunos nombres, por otro lado constructores también de la Iglesia panameña: PP. Berengueras, Antonio Anglés, Monasterio, Mons. Maíztegui, Mons. Jesús Serrano, Mons. Preciado, Mons Marcos Zuluaga, etc.

Pero han sido estos últimos 35 años especialmente significativos por el nacimiento de las CEBs. Hemos bebido del manantial de Medellín, pasando por Puebla y Santo Domingo hasta llegar a la Aparecida donde las CEBs, de nuevo, adquieren fuerza y reconocimiento. Este modelo de Iglesia es como el código genético de la misma Iglesia, por intentar un retorno al reino como centro de la vida eclesial, y porque son talleres permanentes de vida humana digna y de vida eclesial Porque son lugares donde se defiende la vida amenazada, pero con la palabra de Dios, como fueron las luchas contra impuestos injustos, contra una educación deficiente, contra las pretensiones del ACP de inundar sus tierras, contra la minería cielo abierto y en la defensa de sus tierras. De las CEBs nació la famosa Coordinadora Campesina contra los Embalses Son un modelo eclesial donde surgen los ministerios mas variados desde los tradicionales de la Iglesia hasta los nuevos que brotan de la vida de las comunidades En las CEBs se puede vivir en misión compartida, haciendo alianzas de carismas y ministerios. En las CEBs se lleva la palabra de Dios desde la situación que viven los pobres a la vida y se lleva la profecía campesina a la ciudad como los profetas Amós de nuestro tiempo.

Ellos han sabido crear una red bíblica bien conectada con otras redes. En las CEBs se celebra con amor y alegría la palabra de Dios todos los domingos. En el centro de las ciudades sobreabundan las eucaristías, algunas veces muy rituales y sin impacto en la vida. En las zonas marginadas como la costa Abajo la eucaristía es un lujo, como es un lujo conseguir medicinas, o contar con centros educativos. Pero el pueblo de Dios marginado celebra su fe todos los domingos hasta que, algún día, puedan también experimentar ese derecho eclesial de celebrar todos los domingos la eucaristía.

En las CEBs de Costa Abajo surgió un modelo de coordinación eclesial, de abajo hacia arriba, donde todos se sienten sujetos eclesiales. Es que cuando el excluido se convierte en sujeto eclesial surgen milagros, porque tienen un acompañamiento especial, el acompañamiento del Espíritu de Dios que sigue ese método como aparece en la Biblia.

En las CEBs de Costa Abajo se ha mantenido viva la religiosidad popular. Es desde ahí donde ha surgido el movimiento de las CEBs. Religiosidad popular y CEBs se complementan, y al no perderse las raíces culturales, la iglesia se incultura.

Estos y muchos otros rasgos son la expresión de esta iglesia campesina y afroamericana de la que nos despedimos, para los misioneros claretianos, esta porción preciosa del pueblo de Dios la hemos cuidado como a la niña de los ojos, Ha sido como un lugar emblemático para la Provincia claretiana de Centroamérica. Ha sido como una escuela de formación intensiva para los jóvenes misioneros. Todos los que han pasado por aquí llevan una marca en el corazón y les ha servido como inspiración para sus nuevos campos apostólicos.

Como Provincia Claretiana de Centroamérica, no queríamos de ninguna manera irnos en este momento. Como misioneros itinerantes, sabíamos que algún día la entregaríamos a la iglesia local, pero no ahora. Nos toca obedecer las decisiones que han tomado los nuevos pastores de la Iglesia colonense. A ese dolor por retirarnos de la misión, se ha añadido otro dolor y es no saber bien quienes van a continuar este trabajo, para haberles entregado la antorcha viva, y para ayudarles a entrar con amor, con sencillez, y abiertos a las sorpresas del Espíritu en esta aventura eclesial reforzada en Aparecida.


Luís-Gonzalo Mateo cmf
Bicentenario del Nacimiento de S. Antonio Ma. Claret

04 diciembre, 2007

BOLETÍN 14



Comenzamos el tiempo de Adviento, tiempo de preparación para la Navidad, tiempo para renovar la esperanza, en medio de tantas desesperanzas. Tiempo para seguir poniendo nuestra confianza en el Emmanuel, el Dios-con-nosotros que nos impulsa a trabajar por nuestras comunidades. Recogemos a continuación algunos testimonios sobre la vivencia de esta virtud, de este don, de esta gracia. En ellos vemos que la semilla del Reino está presente en el corazón de los/as que apuestan por un mundo más humano, más fraterno, más alegre.

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Marlon Enrique Mendoza, Cantón Chilata, San Julián.

Tengo la esperanza de ver el mundo cambiado, de ver la humanidad entregada a Dios. Tengo la esperanza de ser evangelizador, de entregarle mi vida a Dios. Estas esperanzas las mantengo poniendo mi fe en Dios a través de la oración, esforzándome cada día. Creo que la esperanza nos tiene que llevar a todos/as a ser hermanos.

Esperanza Martínez, Cantón Las Granadillas, Santa Tecla.

Desde mi fe he tomado un compromiso como madre y como esposa, me he esforzado por la educación de mis hijos. En cuanto a mi familia mi esperanza es que nos organicemos para salir adelante en medio de los problemas, obstáculos y dificultades. Nos fortalecemos como familia con el amor de Dios. A nivel social estamos muy explotados, engañados, hay muchas injusticias, desamor y demasiada insolidaridad; no sólo los grandes sino también los pequeños grupos que se dividen. Sólo desde la fe entendemos que no podemos quedarnos orando, sino que tenemos que construir un mundo nuevo. Jesús es la esperanza de los olvidados y eso es lo que nos levanta.

Domitila del Carmen Sermeño, Cantón Chilata, San Julián.

La esperanza es lo que uno mantiene para planear, para realizar los sueños que uno tiene en la vida. Siempre quiero hacer lo mejor para Dios, para que vivamos en armonía en la familia. Quiero estar apoyando a la comunidad en la catequesis, en el coro. Para eso me mantengo en oración con Dios, le pido con optimismo, miro el lado bueno de la vida. A pesar de las dificultades siempre lucho por alcanzar mis sueños.

Jaime Estrada, Caserío Las Tablas, Cantón El Mojón, Tepecoyo.

Las esperanzas que tengo son las de seguir adelante, de servir con amor; tengo esperanza de predicar, de cantar, de tocar guitarra. Esa esperanza me lleva a comprometerme más con Dios y la comunidad. Esa esperanza la mantengo pidiéndole a Dios a través de la oración.

José Arístides Escobar, Caserío Las Tablas, Cantón El Mojón, Tepecoyo.

La esperanza mía es trabajar por lo que el Señor nos ha dicho en su Palabra, esforzarme por la salvación. Esa esperanza la sostengo con mi participación en la Iglesia, en la comunidad, estando atento a la voz de nuestros pastores para estar dispuestos a caminar por donde el Señor nos ha trazado. Esa esperanza nos lleva a tener la seguridad de que lo que la Palabra de Dios nos dice se va a cumplir. Dios nos va a salvar.

Ana Jeaneth Maldonado Guardado, Caserío Las Tablas, Cantón El Mojón, Tepecoyo.

Mi esperanza es algún día poder tocar guitarra, predicar, enseñar a los demás lo que he aprendido. De Dios espero que me ayude a seguir adelante, que me de la fuerza. Esa esperanza la mantengo cumpliendo los mandamientos, llegando a la ermita, obedeciendo a mis padres, a Dios. Esa esperanza me lleva a vivir una vida cristiana.

Juana Molineros Chávez, Cantón Chilata en San Julián.

Yo tengo la esperanza de luchar por poner mi fe en Dios; tengo la esperanza de que Dios ve mi trabajo; tengo la esperanza de que Dios me va a perdonar. Tengo esa esperanza y me esfuerzo por entrar en la puerta estrecha; para eso tengo que esforzarme, para no hacer las cosas malas, para no meterme en unas cosas que para Dios no son agradables. Mi esperanza es hacer la voluntad de Dios. Esa esperanza la mantengo orando, si no nos mantenemos en oración no podemos mantener la esperanza.

Yaneth Hernández, Cantón Las Granadillas, Santa Tecla.

Siento que la esperanza, en primer lugar, es que mi esposo camine para poder salir adelante. Yo me dedico a lavar y planchar. A mí me toca salir mucho y deseo que él se recupere para volver a ser una familia normal. Creo que con fe, es que hemos superado este problema, gracias a la fe estamos saliendo del hoyo en el que caímos con lo del accidente de mi esposo. Lo que me hace mantener la esperanza es creer en Jesús porque no hemos creído en un Dios muerto, sino vivo que nos anima, por eso cuando me siento agobiada, tengo esperanza de que Dios no nos pone pruebas que no podamos soportar. Él no nos va a dejar nunca. Es necesaria la esperanza, eso es lo que nos mantiene vivos para llevar a otros la fe; debemos llegar a los hermanos que no llegan a la Iglesia.

Reina Isabel Arciles, Cantón Las Granadillas, Santa Tecla.

Mis esperanzas son seguir estudiando y trabajando para ayudar a mi familia. Vivimos en una cultura influyente, todo está cambiando. Creo que el grupo juvenil ha sido una unión en la que nos organizamos mejor para luchar juntos. Lo principal es Dios, porque Él nos da fuerza para luchar por lo que queremos eso me hace mantener la esperanza. En esto tiene mucho que ver el apoyo de mis padres y mis hermanas.

Alba Luz Escalante, Cantón Las Granadillas, Santa Tecla.

Desde la fe una de las esperanzas que tengo es llegar a unirnos en una misma Iglesia, un mismo Dios, que no dividamos a Dios, que no nos dividamos entre nosotros, que haya unidad. En cuanto a mi familia espero lograr más fidelidad y que no nos falte nada, ni la salud, ni el amor. Los grandes toman las decisiones, pero no piensan en el daño que hacen a los pobres. El que conoce a Dios, conoce la realidad y puede tomar mejores decisiones. Esta esperaza la mantengo poniendo la fe en Dios; si estamos de la mano con Él, si no tuviéramos fe, no se cómo viviríamos. Por eso la fe es importante iluminada desde la Palabra de Dios, para ser personas que ayudan a mantener la esperanza.

Carlos Ernesto Barahona y María Arcadia Guzmán, Cantón Las Granadillas, Santa Tecla.

Yo pienso que tener esperanzas en base a la fe es que ésta llene de buenas actitudes. Una fe con esperanza son buenas actitudes: estar unidos como esposos, superar los problemas, perdonarnos y de esta forma vivir cristianamente. A nivel social el cristianismo puede ser el inicio para trabajar contra la violencia y la injusticia que hace que la esperanza se pierda, por eso creo que la sociedad se puede preparar desde el cambio de cada persona.


UNA GOTA DE ESPERANZA

En la ladera de una montaña había una fuente conocida por todos como la fuente de la Esperanza. Todo aquel que estaba deprimido o desanimado por alguna dificultad, bastaba con que bebiera un poco de aquella agua para llenarse de Esperanza y tener fuerzas para superar su dificultad, por imposible que pareciera. Esto hacía que los habitantes de aquella región estuvieran siempre alegres a pesar de los problemas.

Pero un día la fuente se secó y ya no pudieron beber su agua. Esto fue catastrófico. El desánimo y la desesperanza se apoderaron de todos. Dejaron de estar alegres y se volvieron terriblemente pesimistas.

Sólo hubo un niño que no perdió la Esperanza. Todas las mañanas acudía a la fuente esperando que volviera a caer el agua. Y allí se pasaba el día entero. Los que le veían le decían que se marchara porque estaba perdiendo el tiempo: la fuente se había secado para siempre. Pero él no les hacía caso. Todos los días, semana tras semana, no dejó de ir a la fuente. Algunos hasta se burlaban de él y le tomaban el pelo. Era imposible que saliera agua porque el manantial de donde se alimentaba la fuente estaba cegado por la tierra.

Una mañana de tantas, cuando todo parecía perdido, el niño vio con sorpresa que de la fuente iba a caer una gota de agua. Era la última gota de Esperanza que le quedaba. A toda prisa puso su mano para recogerla y se fue entusiasmado a enseñársela a todos. Pero nadie le hizo caso. Aquello era una gota insignificante que no valía ya para nada. Le dijeron que la tirara donde quisiera porque ya no había nada que hacer. La Esperanza estaba perdida sin remedio. El pobre niño se marchó muy triste y desanimado. Así que fue al pozo de donde bebían todos y tiró allí su gota de agua.

Sin embargo, aquella gota de agua tenía la Esperanza tan concentrada en su interior, que cuando se mezcló con el agua del pozo, hizo que todo él se contagiara de Esperanza. Al día siguiente, cuando todos bebieron de aquel agua, quedaron nuevamente llenos de Esperanza. Cuando se enteraron de que había sido por la gota de agua que el niño había echado, fueron a darle las gracias porque fue el único que continuó esperando contra toda esperanza. Y desde entonces, aquel pozo fue conocido por todos como el pozo de la Esperanza.



CONOZCAMOS NUESTROS DERECHOS

IGUALDAD ANTE LA LEY

Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación (Artículo 7 de la Declaración universal de los derechos humanos).


LA PALABRA DE ROMERO

“A ustedes les consta cuál es el lenguaje de mi predicación, un lenguaje de que quiere sembrar esperanza” (Homilía 6 de noviembre de 1977).


HAZ RENACER LA ESPERANZA

Haz renacer la esperanza, ven,
ven a curar las heridas,
ven a traer alegría,
aliméntanos de vida.
Transforma los corazones,
cambia el odio por amor,
ven a llevarte, muy lejos,
la miseria y el terror.

Te esperan los maltratados,
los hambrientos y olvidados,
te esperan los explotados,
por patrones empachados.
Te esperan los que no tienen
ni prestigio, ni respeto,
te esperan los indefensos,
los que mil veces han muerto.

Te esperan miles de obreros,
con ridículo jornal;
también te espera el minero,
que ha perdido hasta su hogar;
te esperan los campesinos,
cansados de explotación;
te esperan los estudiantes,
sin futuro ni ilusión.

Te espera el desempleado,
sin trabajo y sin comida;
te espera el abandonado,
y los que no tienen familia.
Te espera la prostituta,
maltratada y sin salida;
te esperan miles de enfermos,
sin esperanza de vida.